El conflicto que azota Siria desde hace más de tres años se ha saldado con la vida de al menos 25 franceses que decidieron unirse los rebeldes que quieren acabar con el régimen de Bashar al Assad. Según los datos más recientes del servicio de Inteligencia, cerca de 300 franceses se encuentran en este momento librando la ‘guerra santa’ en Siria. Lamentablemente, entre estos combatientes también se encuentran menores de edad, al menos, una quincena.
Ante este aumento en el flujo de salida de franceses que se quieren unir a la ‘guerra santa’ siria, Francia ha desarrollado un plan de Gobierno para ayudar a las familias, impotentes ante la radicalización de sus hijos y que ha presentado el propio ministro del Interior, Bernard Cazeneuve. Para ello, ha establecido una página de internet y una línea telefónica, que se ponen en marcha este mismo jueves, con el objetivo de crear una base de datos de franceses con intención de ir a librar la ‘yihad’. Eso sí, el Gobierno asegura que cada uno de estos datos será tratado con “la máxima confidencialidad”.
Con todos estos datos “se irá caso por caso” y los departamentos correspondientes de las fuerzas de seguridad “adaptarán un dispositivo de seguimiento personalizado en el que podrán intervenir trabajadores sociales, agentes de protección judicial de la juventud, equipos médicos y psiquiátricos e, incluso, responsables religiosos”.
Una vez comprobados los datos, si se demuestra el “riesgo de éxodo” el nombre del susodicho será incluido en una base de datos de personas en busca y captura y se integrará en el Sistema de Información de Schengen. De esta manera, saltarán las alarmas desde el momento en que la persona en cuestión intente salir del país.
El problema de este tipo de sistema es que no disuadirá a los más convencidos si intentan llegar a Siria por la frontera con Turquía en autobús, ya que en este trayecto sólo se puede retirar la documentación en caso de que exista algún tipo de control en la frontera y sólo bajo procedimiento judicial.
El plan de Cazeneuve también tiene como objetivo luchar contra los microcanales que inundan internet y por los que se utilizan para reclutar y ayudar a trasladar a los que quieren ser futuros combatientes. En este sentido, el plan acentúa las ‘ciberpatrullas’ y permite a los policías infiltrarse en las redes bajo pseudónimos, como ya ocurre con las autoridades que dirigen la lucha contra la pedofilia.
Además, se ampliará el tiempo de tenencia de los datos de conexión recogidos a distancia. Hasta ahora, este tipo de información sólo se podía mantener diez días; gracias a este plan y para profundizar las investigaciones, se aumenta hasta un mes.
Guillaume Larrivé, diputado conservador del departamento de Yonne, en la región de Borgoña, ha presentado además una propuesta para añadir a este plan ‘antiyihadistas’ del Gobierno francés. En su texto, Larrivé pide “dos años de prisión y multas de 30.000 euros para los internautas que consulten de forma habitual” páginas web que hagan apología del terrorismo.
En esta situación, el ministro francés del Interior se reunirá en Londres el próximo 30 de abril con sus homólogos británico, belga y alemán para debatir cuál será el medio técnico para bloquear los contenidos que difundan mensajes de odio.
¿Quiénes se van de Francia para luchar en Siria?
Según un análisis elaborado por ‘Le Figaro’ sobre el fenómeno del ‘ciberyihadismo’, sólo un 6,7% de las familias de los combatientes franceses que se han ido a luchar a Siria son musulmanas practicantes. El hecho de que en el seno de una familia sin ninguna relación con los objetivos de la ‘guerra santa’ se genere este sentimiento islamista radical, principalmente, entre los más jóvenes, es cuanto menos sorprendente. No obstante, que los parientes del que quiere ir a librar la ‘yihad’ no estén de acuerdo con su decisión hace que sea más fácil informar al Gobierno para que éste intente evitar que se una a las filas de los rebeldes.
Este análisis, elaborado gracias a las llamada que las familias han realizado al Centro de Prevención contra la Deriva Sectaria relacionada con el Islam, indica una cita más sorprendente aún: el 63,3% de los que van a luchar a Siria proceden de familias ateas.
Este ‘ciberyihadismo’ puede ir más allá de la relación a través de un ordenador. La mitad de los rebeldes franceses en Siria fueron reclutados, en principio, por un interlocutor físico, aunque las comunicaciones posteriores se hicieran a través de internet. Sólo un 6,7% son reclutados, informados, adoctrinados, formados y enviados a Siria única y exclusivamente a través de internet.
La principal zona de Francia donde más terroristas se han reclutado es Seine-Saint-Denis, un departamento d’Île de France, al norte de París, con una alta tasa de población de origen musulmán. De Seine-Saint-Denis han salido más de uno de cada cuatro combatientes hacia la guerra civil siria. Por detrás están París y Bretaña, con cerca de un 13% cada uno.
Críticas al proyecto ‘antiyihadista’
Las críticas a este proyecto no se han hecho esperar. El punto más polémico es el hecho de que la Policía sea la que se encargue de recoger los datos sobre los posibles terroristas. En este sentido, el islamólogo Mathieu Guidère se pregunta quién controlará entonces a las autoridades. “¿Los servicios de Policía serán los que conserven la información recogida en esta base de datos? En ese caso, ¿quién va a gestionarlo? ¿Quién los controlará a ellos?
El director del Centro Francés de Investigación sobre Información (CF2R), Éric Denécé, también ha mostrado su excepticismo ante este proyecto. Según Denécé, el poder político está intentando con este proyecto mejorar la opinión pública pero que este proyecto será “como los militares en las estaciones de tren: tranquilizan, pero en términos de eficacia en la lucha contra el terrorismo, su efecto será nulo”.