La desactivación de la bomba, arrojada en su día por la fuerza aérea británica, ha obligado a la evacuación de todos los edificios en un radio de kilómetro y medio, entre ellos dos hospitales, varias residencias de ancianos, la universidad y parte del casco histórico.
Más de 1.000 voluntarios han ayudado en sus tareas a las cuadrillas de bomberos, a la Policía y los servicios de emergencia para que los residentes estuvieran fuera de la zona de peligro antes del mediodía.
La bomba fue descubierta hace una semana y media durante los trabajos de construcción en un jardín y se encuentra a menos de un metro de profundidad, lo que significa que su detonación podría causar un daño devastador.