La Comisión de Libertades Civiles de la Eurocámara ha reclamado este jueves reducir las ayudas europeas a los países que rechacen acoger a refugiados en el marco de un nuevo sistema de reparto automático, a partir de una llave de distribución fija. La propuesta llega desde la Comisión Europea, desde mayo de 2016 cuando puso en marcha un mecanismo permanente que permita responder a nuevas crisis de refugiados, repartiendo la carga entre países.
Se trata de una de las reclamaciones de la comisión europarlamentaria en su posición negociadora, aprobada este jueves por 43 votos a favor y 16 en contra, de cara a negociar con los Gobiernos -que no han aprobado todavía su posición- la reforma de la normativa de Dublín, que determina el Estado miembro responsable de tramitar una petición de asilo. Se espera que el pleno de la Eurocámara dé luz verde a esta posición en noviembre.
Los eurodiputados han acordado que ya no sea el primer país de la UE al que llega un refugiado el que automáticamente debe hacerse cargo de tramitar su petición de asilo y que la responsabilidad se determine en función de «vínculos genuinos» con el Estado miembro como la existencia de familiares, residencia previa o estudios.
En el caso de que no existen tales vínculos, algo que deberá determinarse rápidamente, los demandantes de asilo se distribuirán entre los todos los Estados miembro a partir de una llave de reparto fija de forma automática, una vez hayan sido registrados a su llegada y los controles de seguridad preceptivos se hayan realizado.
El objetivo del cambio es evitar que los países sometidos a una mayor presión migratoria por ser los países «en primera línea» de llegada asuman una carga «desproporcionada». Los eurodiputados piden que los países que no quieran aceptar a los refugiados que les corresponda se enfrenten a la posibilidad de perder ayudas de la UE.
«Mi objetivo, como ponente, es crear un sistema de asilo verdaderamente nuevo, basado en la solidaridad, con normas claras e incentivos para respetarlas, tanto para los demandantes de asilo como para todos los Estados miembro», ha resumido la responsable de la negociación en la Eurocámara, la eurodiputada liberal sueca, Cecilia Wikström, que ha avisado de que el nuevo sistema de asilo «es una de las cuestiones clave que determinará cómo se desarrollará el futuro de Europa».
La reforma está bloqueada en el Consejo por las divergencias de posiciones entre los países, especialmente por la postura de los que rechazan tener que acoger refugiados de forma obligatoria.
«Durante años, el sistema de Dublín, ha provocado un sufrimiento innecesario para demasiados refugiados y demandantes de asilo. El voto de hoy allana el camino hacia un sistema que garantizará dignidad a los demandantes de asilo priorizando sus vínculos familiares, así como la distribución justa entre los Estados miembro europeos», ha celebrado la directora de la ONG Amnistía Internacional ante la UE, Iverna McGowan.
Para la ONG internacional el sistema actual «no funciona para los demandantes de asilo, que están obligados a tramitar su petición en el primer país de entrada y no funciona para aquellos países europeos en los que se impone una carga injusta».