En propaganda nada es casual. En el último número de la revista Dabiq, brazo de difusión del mensaje yihadistas de Estado Islamico, España ocupa un preocupante y destacado lugar. Aunque, sin mención explícita, dos imágenes de Madrid aparece en la publicación y recuerdan que la amenaza yihadista es muy real.
La primera de ellas, de varios musulmanes portando un cártel que reza Islam=Paz, aparece en uno de los capítulos en el que los islamistas tachan de belicista su religión.En la página 21, bajo el título Islam es la religión de la espada y no de paz explican que la violencia es una parte del Islam. Con esta afirmación reniegan de todas las instituciones islámicas que ha condenado la utilización del Islam para cometer crímenes contra la Humanidad, tal y como justifican los terroristas de Estado Islámico.
La segunda de ellas, una fotografía del atentado en la estación de Atocha, está en el capítulo que lleva por título «La extinción de la zona gris». No hay una amenaza explícita a España, pero la propaganda de ISIS ya se ha fijado en nuestro país con un fin: en cinco años, España volverá a ser Al Andalus, de ahí que la utilización de estos dos recursos subrayen la vulnerabilidad de nuestro país a un ataque yihdista.
En los foros yihadistas y redes sociales prolifera un mapa en el que aparecen en negro los territorios que planean unificar en el futuro en su califato y en que se incluye a Portugal y España. Pero hay más. Vídeos, imágenes, mensajes y fotomontajes de radicales circulan por la red con constantes referencias a España y Al Andalus para recordar una premisa clara entre los yihadistas: España es una tierra del Islam invadida por infieles. No obstante, la idea no es nueva.
Primero fueron los discursos de los líderes de Al Qaeda, Osama Bin Laden y Ayman Al Zawahiri, los que situaron a España en el imaginario yihadista. Ahora el testigo de la propaganda lo ha recogido el Estado Islámico, que ha desbancado a Al Qaeda entre las preferencias los radicales españoles que sueñan con unirse a la Yihad contra Occidente y los infieles.