España pierde la guerra. Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam pasan a ser controlados por Estados Unidos. La Guerra hispano-estadounidense se desató entre España y los Estados Unidos de América en 1898, durante la infancia del rey Alfonso XIII, cuando ejercía la regencia la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena, viuda del rey Alfonso XII, siendo presidente del gobierno español Práxedes Mateo Sagasta y presidente de Estados Unidos, William McKinley.
Este conflicto se denomina comúnmente en España la Guerra de Cuba o el desastre del 98; en Cuba, Guerra hispano-cubano-norteamericana. También se le llama incorrectamente Guerra hispano-americana por influencia de la manera en que se la conoce en Estados Unidos, Spanish-American War.
Sus principales resultados fueron la pérdida por parte de España de la isla de Cuba (que se proclamó república independiente pero quedó bajo tutela de Estados Unidos) así como de Puerto Rico, Filipinas y Guam, que pasaron a ser dependencias coloniales de Estados Unidos. En Filipinas la ocupación americana degeneró en la guerra filipino-estadounidense de 1899-1902.