Con una industria del petróleo y el gas afectada por el descenso del precio de petróleo y la decisión de la OPEP de mantener la producción, Egipto mira al futuro para encarrilar su economía y crecer al cuatro por ciento el próximo años, según su previsiones.
El primer impulso para que su economía crezca tendrá lugar en el propio país en que el próximo mes se celebrará un Foro sobre el petróleo y el gas egipcio que impulsará el desarrollo económico del país y que contará con la inversión extranjera de empresas como Dana Gas, BP y otras compañías. Además, se ha trazado una hoja de ruta para impulsar el desarrollo y la inversión con otros países del Mediterráneo y el Mar Rojo como Argelia, según Middle East Monitor.
El cambio de tendencia en la inversión que quiere atraer a extranjeros lo representa la última participación del general Al Sisi en el Foro Económico de Davos en el que el presidente presentó al país árabe como una nación favorable a la cooperación económica y la inversión económica.
El gran desafío de la economía Egipcia desde la Revolución del 25 de enero es reducir el enorme déficit. El Ejecutivo deberá hacer frente a un aumento del gasto público, que se va en parte a los subsidios energéticos. Frente a la imposibilidad de hacer frente a una demanda creciente de energía y los cada vez más frecuentes cortes de electricidad, las autoridades esperan racionar las subvenciones al combustible, aumentando a su vez las destinadas al sector eléctrico e importando más gas natural. Y es que los subsidios y los salarios públicos siguen siendo una parte fundamental del presupuesto, que deja poco margen a otros sectores como salud y educación.