El Estado Islámico se está viendo acorralado en el noreste de Siria, asegura un grupo de observación de la guerra Siria. Es la zona donde el grupo ha secuestrado a más de 220 asirios cristianos, y la alianza liderada por EEUU ha comenzado a bombardear la zona.
El secuestro de los asirios coincidió con la gran ofensiva kurda en el noreste de Siria, una región estratégicamente importante, porque está en la frontera con la zona del »EI» en Irak.
Según los kurdos, han cortado una de sus principales vías de suministro desde Irak. Algo que podría estar poniendo la mano en el cuello de los extremistas: ha empezado a vender chatarra de fábricas bombardeadas y líneas de ferrocarril en Deir al Zor. Además, han aumentado los impuestos, en un intento por conseguir dinero.
Aún así, el grupo tiene buenas noticias en otras regiones: sus combatientes han abierto nuevos frentes en el suroeste de Siria, cerca de Damasco, bajo el control del gobierno sirio. Habría avanzado en cientos de kilómetros, según diversas fuentes. Habrían tomado tanques y munición en los ataques.