Estados Unidos continúa en 2011 siendo uno de los cinco países del mundo donde mueren más personas ejecutadas. De hecho, es el único de América donde todavía pervive la pena de muerte. Los argumentos de EEUU para mantenerla es que «tiene efectos disuasorios contra la delincuencia y protege a la sociedad» o que «la población tiende menos a cometer delitos si sabe que el castigo que le espera es la ejecución». Sin embargo, las cifras no respaldan estas justificaciones.
Cuatro estados acumulan más de la mitad de las sentencias de muerte desde 1976, año en el que el país autorizó este castigo: Texas, Florida, Virginia y Pennsilvania. Si se compara los datos de criminalidad de estas regiones con los estados que nunca han aprobado la pena capital, el argumento disuasivo pierde toda su legitimidad.
Cuestión que la propia ONU ha confirmado y que otros organismos han constatado. El portavoz de Amnistía Internacional y responsable de la campaña sobre la pena de muerte, Carlos de la Sera, asegura a Teinteresa que «no se ha podido demostrar que la pena de muerte haga disminuir la criminalidad. En varios países en donde se aplica la pena, los índices de homicidios son más elevados que en otros que no la aplican».
Desde la organización internacional, advierten asimismo que el sur de EEUU, donde se concentran la mayoría de las ejecuciones, mantiene la tasa más alta de homicidios del país. Además, un tercio de las personas en el corredor de la muerte (1.661) se encuentran en estos estados.
Texas es el estado que mejor lo evidencia. Con 23 ejecuciones en 2010 y 464 en los últimos 36 años, lidera el ránking de ejecuciones en la historia del país. No obstante, tuvo en 2010 un índice de crímenes violentos de 491 casos por cada 100.000 habitantes, casi un centenar de puntos más que la media nacional.
El caso de Florida es todavía más indicativo, ya que es una de las regiones con más crímenes violentos, 542 casos, y una tasa de homicidios del 5,2%. Si nos fijamos en estados donde nunca se ha aplicado la pena de muerte, se observan unos índices muy inferiores. Minnesota, Wisconsin, Vermont, Iowa o Dakota del Norte tuvieron menos de la mitad de crímenes violentos y homicidios.
Sólo Illionois y Michigan se acercan a las tasas que registran los estados más propensos a la pena de muerte. Y aunque el número de ejecuciones en EEUU ha descendido en el último año hasta 43, todavía es uno de los países que más aplican esta sanción,
que supone una violación de los derechos humanos. Las cifras demuestran que su efecto disuasorio es imperceptible.
Prohiben uno de los medicamentos de anestesia
El juez de Washington, Richard Leon, ha prohibido la importación del tiopental sódico, un anestésico que se utiliza para dormir a los reos condenados a muerte.La razón para bloquearlo, a pesar de que está permitido por la ley, es que el tiopental es un medicamento fabricado en el extranjero sin aprobación.
El fabricante del anestésico en el país había anunciado que dejaría de producirlo, retrasando un gran número de ejecuciones.