La pena de muerte es la forma más extrema de tortura. Los condenados reciben un trato degradante e inhumano, a veces es están confinados en una celda oscura y se les priva de sus necesidades básicas. Esperan angustiados a ser ejecutados, a veces, sin conocer la fecha de su ejecución o privándoles de visitas. Amnistía Internacional denuncia en su último informe el alarmante aumento de las condenas a pena de muerte en 2014. AI señala que entre los métodos más utilizados para aplicar la pena de muerte en el año 2014 destaca la decapitación, el ahorcamiento, la inyección letal y el arma de fuego. Además, cientos de personas furon condenados por delitos no letales como el robo, delitos relacionados con las drogas y económicos. Incluso se ha condenado a personas por actos como adulterio, blasfemia o brujería, actos que ni siquiera son considerados delitos.
EEUU instaura el pelotón de fusilamiento
EEUU sigue usando la pena de muerte en contra de lo establecido por el derecho y las normas internacionales. Su uso además sigue caracterizándose por incoherencias y disparidades raciales, denuncia AI.
EEUU ha tenido que enfrentarse a la limitada disponibilidad de las sustancias empleadas debido a los cambios en la producción nacional y el endurecimiento de normativas en EEUU.
Ante la negativa de algunas farmacéuticas a vender estas sustancias o que su marca se asocie con la pena de muerte, los estados han recurrido a otros métodos, como en el caso de Utah, donde se ha vuelto a instaurar el pelotón de fusilamiento para ejecutar a los condenados. Por muy extraño que parezca, algunos reos prefieren este método a otro. Es el caso Ronnie Lee Gardner, que en 2010 optó por este método.
EEUU y las ejecuciones chapuceras
En 2014, EEUU sumó más de tres ejecuciones chapuceras. En enero, en Ohio, Dennis McGuire pareció jadear varias veces y luego resopló con fuerza tras comenzar la inyección letal con midazolam, una de las «nuevas» sustancias. Fueron necesarios más de 20 minutos antes de poder certificar su muerte, según cuenta AI
En abril, Clayton Lockett murió en Oklahoma unos 40 minutos después de iniciarse la inyección letal; durante ese tiempo jadeó, se retorció y murmuró. En julio, Arizona ejecutó a Joseph Wood utilizando midazolam e hidromorfona. Los testigos de la ejecución dijeron que Wood había estado jadeando y resoplando durante más de una hora, aunque varias fuentes apuntan que duró hasta dos horas.
Aunque las autoridades federales anunciaron en abril una revisión del uso de la pena de muerte, varios estados han tomado medidas para modificar sus métodos de ejecución.