George W. Bush encarnó el mal hasta la llegada de Donald Trump. Sin embargo, el tejano tardó tres años en conseguir un 50% de desaprobación del pueblo norteamericano, record pulverizado por el magnate neoyorquino, que lo ha logrado en apenas ocho días. Según el medio estadounidense Vox, Trump «alcanzó la desaprobación de la mayoría más rápido que cualquier presidente de la historia moderna».
El nuevo ‘socio’ norteamericano asusta a este lado del Atlántico. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha pedido que Europa se una contra la amenaza que supone Trump. Ha enviado una carta a los líderes de los Estados miembros de la Unión Europea alertándoles contra las políticas del nuevo presidente. Asegura que la UE se enfrenta a su mayor desafío en sus 60 años de historia, por la combinación de la nueva administración, con “declaraciones preocupantes”, y la amenaza de China, Rusia y el Islam radical.
Este 2017 Europa afronta elecciones muy importantes. Alemania, Francia y Holanda irán a las urnas y el populismo no es un virus que solo haya infectado al pueblo americano. ¿Quiénes son los potenciales Trump en el viejo continente?
Fraunke Petry, en Alemania
Es probablemente la mayor rival de Angela Merkel hoy. Como la canciller, nació en la extinta Alemania comunista. Es la líder del Alternativa para Alemania, el partido de extrema derecha al que, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, las encuestas le dan opción de entrar con fuerza en el parlamento en las elecciones de septiembre. Ya ha logrado representación en algunas cámaras regionales. La formación mantiene afinidades ideológicas con el nazismo, y desde algunos sectores se denomina a Petry como “Adolfina”. Ella no se reconoce como de extrema derecha, sino que se afirma como conservadora liberal. Emergió en paralelo a las políticas de acogida de refugiados puestas en marcha por Merkel.
Marine Le Pen, en Francia
Heredó de su padre el liderazgo del Frente Nacional, al que llegó a expulsar del partido para ampliar la penetración de su discurso entre la sociedad francesa. Retórica patriótica, nacionalismo exacerbado, proteccionismo comercial, rechazo a la globalización económica y, por supuesto, a la inmigración incontrolada. «Creo que, a raíz de la elección de Donald Trump, la gente está deseando poner fin a esta globalización salvaje y anárquica, y que nos movemos en dirección hacia un mayor patriotismo, hacia la preservación de la cultura y los empleos locales», asegura. Le Pen encabeza las encuestas presidenciales, por delante del derechista Fillon. Podrá, como su padre ante Chirac en 2002, llegar a la segunda vuelta, pues la izquierda francesa está fragmentada. Más difícil será que pueda imponerse en la votación definitiva, donde las fuerzas democráticas, a derecha e izquierda, harán de la necesidad virtud para cerrarle el paso al Elíseo como ha sucedido en las últimas elecciones locales.
Geert Wilders, en Holanda
El candidato que tiene en vilo a Holanda y el primero que pasará por las urnas en 2017. Siguió a Trump en algunos de sus actos de campaña. Lidera las encuestas con el 33% de intención de voto. Conjuga su discurso progresista (respaldo a los derechos de los gais y defensa de la droga legalizada) con un rechazo directo del islam, al que considera un peligro sin ambages, y de los inmigrantes que lo encarnan. Fue condenado por preguntar a sus militantes si querían más o menos marroquíes en Holanda, un país al que considera enfermo por el avance de los musulmanes. «La historia nos llama a salvar a Europa», proclamó tras el triunfo de Trump.
Pablo Iglesias, en España
Pasó de tertuliano televisivo y profesor interino en la Universidad a líder de un partido con 70 diputados, disputándole la hegemonía de la izquierda al fundado en el siglo XIX por el otro Pablo Iglesias de la historia política española. Comparte con Trump su rechazo a los acuerdos mundiales de libre comercio, su fe en el dirigismo económico y protegido de la competencia global, el discurso contra la »casta política», la necesidad de empoderar al pueblo y las recetas simples para los problemas complejos. Desaprovechó la oportunidad de tocar poder de la mano de Pedro Sánchez cuando éste alcanzó un pacto con Ciudadanos en enero de 2016. Los barones del PSOE decapitaron a Sánchez cuando, después del 26-J, el socialista lo quiso intentar de nuevo con los populistas, ya con menos respaldo matemático, pues necesitaba además el consentimiento de los independentistas. Iglesias hoy tiene el gobierno de España muy lejos, pero gobierna importantes capitales españolas (Madrid, Barcelona, La Coruña, Cádiz…) gracias al apoyo de los mismos socialistas que ahora quieren renovar su discurso confrontando con el «populismo destructivo».
Matteo Salvini, en Italia
El más joven y el más nuevo en el panorama político italiano y europeo. Es el líder de la Liga del Norte, la formación que quiere separar la liga del norte rico del resto de Italia que no es tan rico. Mateo Salvini cree que puede ser el primer ministro dispersando el voto del resto y logrando todo el voto de la derecha. Hábil en el manejo de twitter, bravucón y deslenguado, es amigo de la política espectáculo, con amplia experiencia televisiva. Comparó a la presidenta del parlamento italiano con una muñeca hinchable.
Nigel Farage, en Gran Bretaña
Ya está retirado, pero es el padre de los populistas europeos. Al menos, el de mayor éxito: logró que Gran Bretaña votara mayoritariamente por abandonar la Unión Europea. Fue el primero en ser recibido por Donald Trump el mismo día de su vitoria en noviembre pasado. El entonces presidente electo llegó a recomendar al gobierno británico que nombrara a Farage embajador en Estados Unidos.