En su carta de dimisión, recogida por el diario ‘Publico’, Azeredo Lopes justifica su salida ante el «desgaste» que están experimentando las fuerzas armadas por «los ataques políticos» derivados de la investigación.
«No podía, y lo digo de forma sentida, dejar que las mismas Fuerzas Armadas acabaran desgastadas por el ataque político al ministro que las tutela», según la nota, en la que ha vuelto a negar haya tenido conocimiento, «directo o indirecto, sobre una operación de encubrimiento para proteger al autor o autores del robo».
En cuanto al momento de su dimisión, Azeredo Lopes ha explicado que quiso esperar a la finalización de las negociaciones de los presupuestos del Estado para no enturbiar el proceso.
El detonante, de todas formas, ha sido la acusación vertida por uno de los nueve detenidos por el caso directamente contra el ministro — que Lopes ha negado categóricamente en numerosas ocasiones — según informaron los medios portugueses a principios de mes.
El robo ocurrió en junio de 2017 en el almacén militar de Tancos: al menos cuatro lanzagranadas, 120 granadas, 1.500 balas y 20 bombas de gas lacrimógeno. El material fue recuperado el pasado mes de octubre después de que se temiera su salida del país para la venta en el mercado negro internacional.