Los tres están ya bajo custodia de la Dirección General de Seguridad Interna (DGSI) y están siendo interrogados por sus actividades a raíz de una denuncia del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Ahmed Gaid Salá.
Salá, hombre fuerte de Argelia tras la renuncia de Buteflika el pasado 2 de abril, ha acusado publicamente a »Tufik» de conspirar contra el ejército y el movimiento popular y le advirtió de que cesara en sus actividades.
Tartag está considerado cercano al »pouvoir», al círculo político de Buteflika, del que formaba también parte Said Buteflika. Tartag dimitió como jefe de la DGSI el mismo día que dimitió Buteflika.
El Ejército sigue siendo la institución más poderosa de Argelia, y hasta ahora se ha limitado a contener con paciencia las protestas, en su mayoría pacíficas, que a veces han llegado a acumular a cientos de miles de personas.
El pasado martes, Salá, quien ayudó a expulsar a Buteflika después de que lo declararon no apto para el cargo, avisó de que varios casos importantes de corrupción acabarán saliendo a la luz tarde o temprano.