Según fuentes del diario, se trata de un ex monje identificado como Asheya, que fue miembro de la hermandad, y que fue detectado gracias a las cámaras de seguridad que se encontraban en el centro religioso y las declaraciones de al menos 145 habitantes del monasterio.
El monje ha reconocido su crimen y aseguró que ese día golpeó a Epiphanios en la cabeza y se retiró a su celda. El fallecido obispo de 64 años procedía de Tanta y era licenciado en medicina.
Tras la muerte del obispo, la Iglesia Copta anunció que tomaría medidas especiales para proteger a sus sacerdotes y durante un año no se aceptaría el ingreso de nuevos monjes en los monasterios. Actualmente esa iglesia, una de las más antiguas del mundo, cuenta con unos 10 millones de miembros, que en su mayoría habitan en Egipto.