El referéndum esperado y denostado a partes iguales por los ciudadanos de esta península ha tenido un saldo inequívocamente ganador para los partidarios de la anexión a Rusia.
En la mañana de este lunes frío y ventoso en Simferópol, el Parlamento de Crimea, ha presentado oficialmente su solicitud de ingreso en la Federación Rusa.
Muchos de aquellos que ayer noche se bañaron las almas en vodka en la plaza de Lenin de la capital, hacen cola esta mañana en el consulado ruso, a la espera de que les den un pasaporte ruso con el que estrenar nacionalidad y privilegios.
En una especie de frenesí involucionista, la Rada de Crimea también ha anunciado que la nueva Crimea rusa tendrá el huso horario de Moscú, dos horas más que en la actualidad.
Y si querían Rusia, tendrán ración doble. La Rada ha anunciado igualmente que en enero de 2016 la moneda de Crimea pasará a ser el Rublo. Adiós Grivna, aunque durante un tiempo podrán convivir ambas divisas.
Tal vez debido a estos cambios algunos bancos han amanecido cerrados esta mañana en Simferópol. Según los carteles que muestran en sus puertas, cierran para estudiar qué reservas de rublos tienen. Pero mas bien parece que esperan que escampe la tormenta.
En la mañana de este lunes el centro de la capital Crimea se encuentra tomado por agentes antidisturbios de varios pelajes. Con cara de pocos amigos han cercado el Parlamento y, con eficacia no exenta de brusquedad, identifican y registran a todo aquel que pretende acceder a esta zona de la ciudad.
Hoy ha habido colegio. Cada escuela, cada centro académico universitario o menor es ahora un epicentro de debates acerca de lo que sucederá con sus materias de estudio, sus docentes y sus títulos. ¿Seguirá el ucraniano siendo asignatura escolar obligatoria?
La resaca del referéndum llega a los bares. Cualquiera que tenía n casa una sudadera, camiseta o pañuelo con el escudo de la Federación Rusa lo ha sacado a pasear.
También llega a los bares porque obliga a pagar en efectivo. Los datafonos no funcionan, dicen los camareros.
Es la nueva Crimea, la vieja Rusia, que ya empieza a dejarse sentir en su nuevo territorio.
Oficialmente independientes
El Parlamento de Crimea aprobó hoy una resolución por la que se declaró independiente de Ucrania y pidió oficialmente la anexión de la península a Rusia.
La resolución fue adoptada en una sesión del legislativo, en la que también se acordó que Crimea pasará al huso horario de Moscú, y no el de Kiev como hasta ahora.
Crimea fue históricamente parte de Rusia hasta que la Unión Soviética la cedió a Ucrania en 1954, por decisión de Nikita Jrushchov. Sin embargo, Moscú mantuvo en el puerto crimeo de Sebastopol la base de su flota en el Mar Negro.
La población es en su mayoría rusohablante y favorable a la incorporación a Rusia. Al contrario, las minorías ucraniana y tártara, que representan el 37% de la población, pidieron boicotear el referéndum.
Así se ha despertado Crimea
En la mañana de este lunes frío y ventoso en Simferópol, el Parlamento de Crimea, ha presentado oficialmente su solicitud de ingreso en la Federación Rusa.
Muchos de aquellos que ayer noche se bañaron las almas en vodka en la plaza de Lenin de la capital, hacen cola esta mañana en el consulado ruso, a la espera de que les den un pasaporte ruso con el que estrenar nacionalidad y privilegios.
En una especie de frenesí involucionista, la Rada de Crimea también ha anunciado que la nueva Crimea rusa tendrá el huso horario de Moscú, dos horas más que en la actualidad.Y si querían Rusia, tendrán ración doble. La Rada ha anunciado igualmente que en enero de 2016 la moneda de Crimea pasará a ser el Rublo. Adiós Grivna, aunque durante un tiempo podrán convivir ambas divisas.
Tal vez debido a estos cambios algunos bancos han amanecido cerrados esta mañana en Simferópol. Según los carteles que muestran en sus puertas, cierran para estudiar qué reservas de rublos tienen. Pero mas bien parece que esperan que escampe la tormenta.
En la mañana de este lunes el centro de la capital Crimea se encuentra tomado por agentes antidisturbios de varios pelajes. Con cara de pocos amigos han cercado el Parlamento y, con eficacia no exenta de brusquedad, identifican y registran a todo aquel que pretende acceder a esta zona de la ciudad.
Hoy ha habido colegio. Cada escuela, cada centro académico universitario o menor es ahora un epicentro de debates acerca de lo que sucederá con sus materias de estudio, sus docentes y sus títulos. ¿Seguirá el ucraniano siendo asignatura escolar obligatoria?
La resaca del referéndum llega a los bares. Cualquiera que tenía en casa una sudadera, camiseta o pañuelo con el escudo de la Federación Rusa lo ha sacado a pasear.También llega a los bares porque obliga a pagar en efectivo. Los datáfonos no funcionan, dicen los camareros.Es la nueva Crimea, la vieja Rusia, que ya empieza a dejarse sentir en su nuevo territorio.
La Casa Blanca rechaza el referéndum
La Casa Blanca rechazó inmediatamente los resultados del referéndum y criticó las acciones «peligrosas y desestabilizadoras» de Moscú en esta crisis.
El presidente de Estados Unidos Barack Obama mantuvo el domingo por la noche una conversación telefónica con su homólogo ruso Vladimir Putin, quien defendió un referéndum que «respeta plenamente el derecho internacional».
Sin embargo, Obama advirtió a Putin que Estados Unidos y sus aliados «jamás» reconocerán el resultado del referéndum y advirtió sobre nuevas sanciones.
Londres por su parte calificó al referéndum de «farsa», y París se refirió a un voto «bajo amenaza de las fuerzas de ocupación rusas».
Apenas divulgados los primeros resultados, miles de personas salieron a festejar en las calles de Simferopol, la capital de la península de Crimea, y en Sebastopol, donde tiene su base la flota rusa del Mar Negro, constataron periodistas de la AFP.
En Simferopol, los partidarios de la reunificación con Moscú cantaron en coro el himno nacional ruso, ondeando banderas tricolores, mientras que en Sebastopol, miles de personas celebraban la victoria de Moscú bebiendo alcohol y bailando danzas tradicionales rusas.