El diario The Daily Telegraph publica este jueves que 760 personas han fallecido en Inglaterra por la ola de calor que está asolando al país, según las estimaciones realizadas para el diario The Times desde la London School of Hygiene and Tropical Medicine. Destaca que las autoridades temen que está cifra aumente en los próximos días ya que los meteorólogos del país señalan que las temperaturas se van a mantener por lo menos esta semana.
Esta cabecera destaca que el número de muertes podría duplicarse antes de que bajen las temperaturas. Los datos actuales son desde el 6 de julio hasta el pasado domingo, unas cifras que todavía no han sido actualizas y que podría incrementarse. Escocia quedó excluida del alerta, ya que allí las temperaturas promedio no superan los 20 grados.
Por su parte, la Oficina de Meteorología emitió ayer un nivel 3 de alerta por la ola de calor. Se recomienda a los servicios de salud tomas precauciones específicas para los grupos de alto riesgo. Las personas vulnerables son aquellos con dificultades respiratorias, que podrían tener problemas para obtener suficiente aire en el cuerpo para regular su temperatura, y las personas con enfermedades del corazón, que son más propensos a sufrir un ataque con el calor.
Se espera que la ola de calor dure hasta la próxima semana y que los termómetros alcancen los 30º. Este martes el país experimento su temperatura récord al registrar 32,2º. La policía y los bomberos reiteraron ayer las advertencias sobre el calor tras los últimos fallecimientos.
En el Reino Unido los trabajadores pueden irse a la casa cuando hace mucho frío, hoy en día no existen regulaciones respecto a calor, por lo que se han presentado mociones parlamentarias para permitir que los británicos puedan abandonar sus puestos de trabajo cuando los termómetros superen los 32 grados. Miles de londinenses se han refugiado en parques y fuentes de agua donde han podido hacer frente al inédito calor que los afecta durante este verano.
El hospital Imperial Collage de Londres no ha registrado más pacientes por la ola de calor
Desde el hospital Imperial College Healthcare NHS se Londres señalan que en los últimos días han registrado un aumento de las atenciones aunque no pueden asegurar que este incremento esté relacionado con las altas temperaturas. Destacan que en los últimos días se han realizado en la ciudad diferentes eventos al aire libre que unidos al calor pueden haber afectado en el número de personas que han sido atendidas. Desde este centro recomiendan a los ciudadanos que tengan especial cuidado con las horas en las que el sol pega con más fuerza y les recuerda que beban mucha agua y que usen cremas solares.
Inglaterra no está preparada para temperaturas superiores a los 30º
Semáforos que se paran o trenes que tiene que reducir la velocidad. Estas son algunas de las consecuencias que tiene que sufrir los ingleses cuando una ola de calor asola su país. En la última semana Inglaterra he registrado temperaturas anormalmente altas que han disparado los termómetros hasta los 30º.
Maitane es una española que lleva cuatro años viviendo en Londres. Esta joven señala que este está siendo el verano más caluroso de los que lleva allí, “por la noche tenemos que abrir las ventanas para poder dormir y buscar todo tipo de soluciones para aliviarnos el calor”. Maitane afirma que los ingleses están preocupados por la ola de calor sobre todo porque las ciudades no están preparadas para estas temperaturas. “Los trenes y los metros se paran o van más despacio para que no se sobrecalienten las vías. Además en las ciudades no suele haber fuentes por lo que es muy difícil refrescarse”.
El diario »Independent» publicaba esta semana los retrasos que habían sufrido algunas de las principales conexiones de metro de la capital. Según este diario, en la mayoría de las vías se han aplicado durante esta semana restricciones de velocidad por lo que los viajeros se han acumulado en las horas punta.
Estos no han sido los únicos problemas. Varios semáforos que regulan el paso de los trenes que conectan la capital con los pueblos se han estropeado por las altas temperaturas. A estos problemas se une la mala ventilación en los vagones y en las estaciones, ya que no disponen de aire acondicionado, lo que ha dificultado los trayectos a los ciudadanos de riesgo.