La organización denuncia «falta de mejoras en las condiciones de internamiento; insuficientes actividades laborales, de capacitación, educativas, deportivas, y como deficiencias en los servicios de salud», además de «constante sobrepoblación y hacinamiento» de los presos.
Durante el año 2013, la CIDH ha registrado 1.784 incidentes en las cárceles mexicanas, la inmensa mayoría –1.631– debidos a peleas entre los reclusos. Además, se registraron diez motines, el más grave en el Complejo Penitenciario Islas Marías, que dejó un saldo de un preso muerto y otros 32 heridos.
«A esas deficiencias deben añadirse la falta de personal de custodia debidamente capacitado y renumerado, así como personal técnico y profesional penitenciario insuficiente y en algunos casos inexistente», ha hecho saber la CIDH, que ha computado su informe a partir de una muestra conformada por 152 centros penitenciarios.
FALTA DE HIGIENE Y MALA ALIMENTACIÓN
De igual forma, la CIDH observa que «en la mayoría de los centros penitenciarios la calidad y cantidad de los alimentos es deficiente, así como los requerimientos mínimos de higiene».
De todas las cárceles examinadas, en 122 es insuficiente el personal de seguridad y custodia y en 103 son deficientes las condiciones materiales y de higiene de las instalaciones.