«La Comisión Interamericana de Derechos Humanos recuerda a Venezuela que el ejercicio de la protesta social y la libertad de expresión son pilares fundamentales en sociedades democráticas, así como una herramienta para que las personas expresen sus demandas frente a la grave crisis política, social, y económica que afronta el país», ha dicho.
El organismo regional ha subrayado que «el Estado debe abstenerse de cualquier acción que restrinja el ejercicio de la libertad de expresión y debe facilitar el ejercicio del derecho a la protesta social», incidiendo en que «la represión (…) puede conllevar graves violaciones».
La CIDH ha pedido en concreto al Gobierno que garantice «los derechos a la vida, a la integridad personal y a la libertad personal de todos los que se manifiestan, en especial niños y adolescentes», se abstengan «de hacer uso excesivo de la fuerza», y prohíban y sancionen «la actuación de miembros de colectivos civiles armados».
«La Comisión continuará monitoreando la situación de los Derechos Humanos en Venezuela y reitera al Estado la solicitud de anuencia para realizar una visita »in loco»», ha remachado.
La CIDH se ha mostrado consciente de que «la crisis en Venezuela ha cobrado nuevas dimensiones» desde el 10 de enero, cuando Maduro tomó posesión para un segundo mandato que no reconocen ni la oposición ni buena parte de la comunidad internacional porque es fruto de «unas elecciones realizadas sin las mínimas garantías».