La Comisión Europea (CE) ha propuesto hoy al Parlamento Europeo y al Consejo de la Unión Europea (UE) designar 2018 como el Año Europeo del Patrimonio Cultural a fin de destacar el rol de la herencia artística e histórica en el continente como impulsor del sentimiento de identidad compartida.
El Ejecutivo comunitario explicó en un comunicado que la iniciativa también pretende responder a los desafíos que suponen unos presupuestos públicos menguantes en el ámbito cultural, menor participación en las actividades culturales tradicionales, presiones medioambientales sobre el patrimonio, cadenas de valor en evolución y transformaciones digitales.
Además, en línea con la reciente estrategia de la Unión Europea para las relaciones internacionales culturales, se propone promover la preservación del patrimonio como aspecto clave de la política exterior.
En ese sentido, se debatirá la destrucción de monumentos y obras de arte en zonas de conflicto, así como el tráfico ilegal del patrimonio, que ha proporcionado ingresos a grupos terroristas como el Estado Islámico.
Igualmente, los Veintiocho organizarán campañas de información, educación y concienciación
Por tanto, Bruselas aspira a poner de relieve las acciones que puede adoptar en la conservación, digitalización, creación de infraestructuras, investigación y desarrollo de habilidades relacionadas con la conservación del patrimonio.
«Un Año Europeo del Patrimonio Cultural será una oportunidad para concienciar sobre la importancia social y económica del patrimonio cultural, así como para promover la excelencia europea en el sector», explicó el comisario de Cultura, Tibor Navracsics.
El titular europeo aseguró que la riqueza artística y cultural del continente «es más que la memoria de nuestro pasado; es la clave para nuestro futuro».
En el comunicado, la Comisión afirmó que la «rica diversidad nacional, regional y local» es un «catalizador para el intercambio entre personas de todas las edades, orígenes sociales y culturas».
Además, Bruselas subrayó la importancia del patrimonio en la cohesión e integración social de los ámbitos locales mediante la regeneración de áreas abandonadas, creación de empleos y fomento de un sentimiento compartido de comunidad.
De acuerdo con los datos del Ejecutivo comunitario, el patrimonio cultural proporciona 300.000 empleos directos y 7,8 millones de trabajos indirectos, incluidos el turismo o el transporte.