El reto es asegurar una mayor «coherencia» entre las políticas de conservación y los objetivos socioeconómicos de las regiones, ampliar la comunicación y campañas de sensibilización para que los ciudadanos y comunidades se impliquen y reforzando las inversiones en la red de espacios protegidos Natura 2000.
La red Natura 2000 constituye la mayor red de zonas protegidas y cubre más del 18 % del territorio terrestre y 6 % del marítimo de la Unión Europea. Además representa entre el 1,7 y el 2,5% del PIB europeo, si se tiene en cuenta su impacto en sectores como el turismo, la purificación de aguas o el almacenamiento de carbono.
Entre las novedades de su plan, Bruselas plantea involucrar en la protección de la naturaleza europea a los jóvenes que integren el cuerpo europeo de solidaridad y optar a fondos previstos para acciones de voluntariado ligadas a proyectos de conservación.
«El mejor modo de asegurar el futuro es implicando a los jóvenes», ha dicho al respecto el comisario europeo de Medio Ambiente y Asuntos Martítimos, Karmenu Vella.
También preparará líneas directrices para aprovechar el desarrollo de infraestructuras verdes, de cara a interconectar las zonas de Natura 2000, y para apoyar proyectos de investigación e innovación en el campo de la biodiversidad.
Además se explorarán las sinergias que se puedan establecer con acciones financiadas por la Política Agraria Común (PAC).