El Bluefin-21, un vehículo submarino con forma de torpedo y casi cinco metros de largo, está equipado de un sónar. El robot se emplea para registrar fondos marinos, en tareas de búsqueda de restos, arqueología, oceanografía y también para la detección de minas submarinas. El aparato pesa 750 kilogramos y tiene una autonomía 25 horas y navega a una velocidad de 4,5 nudos.
Si su sónar capta una señal, el Bluefin-21 será subido a la superficie y se le dotará de una cámara, para volver al fondo del océano. El problema es que el aparato no puede ir equipado a la vez de un sónar y de una cámara.
Se trata de un proceso largo y muy difícil, sobre todo cuando se rastrea el fondo del océano ya que las tareas de búsqueda se centan en un arco de 600 kilómetros de largo
Australia anunció la detección de nuevas señales acústicas compatibles con las que emiten las cajas negras de los aviones. La detección de esas señales apuntan a que los investigadores están muy cerca de donde tienen que estar.
Esperanza para las familias que esperan angustiada algún señal
Si se confirman estos datos, supondrían un giro importante en la investigación justo cuando las cajas negras del vuelo MH370 amenazan con dejar de emitir, después de treinta días inmersas en el agua.
El Boeing 777, que cubría la ruta Kuala Lumpur – Pekín, desapareció de los radares el 8 de marzo al poco de despegar, y según las autoridades malasias desvió su trayectoria deliberadamente para dirigirse al sur.
Este martes, familiares de los 153 pasajeros chinos a bordo del vuelo MH370 celebraron una emocionada vigilia en Pekín para marcar el mes transcurrido desde la desaparición del avión. Decenas de parientes colocaron velas formando un corazón y rodeando un avión en el vestíbulo del hotel Lido, en la capital china. A algunos se les podía oír sollozando, mientras que otros se mantenían en silencio o se daban la mano para reconfortarse.