Según las actas de acusación contra los agentes sobornados, la mayoría de los casos se dan en el área de Jerusalén y los agentes suelen cobrar unos 1.000 shekels (algo menos de 200 euros) para permitir la entrada del contrabando desde los territorios palestinos a Israel.
"Solía haber menos contrabando", ha reconocido el subdirector del departamento, Moshe Saada. "El contrabando en los puestos de control está en aumento. Los casos demuestran que hay oficiales de Policía que no pueden resistir la tentación cuando los contrabandistas les ofrecen una cantidad significativa --entre 1.000 y 2.000 shekels-- por camión que entra en Israel sin ser examinado", ha precisado.
Ante esta situación, el departamento de investigación interna ha incrementado su campaña contra el contrabando con medidas que incluyen pedir que los sospechosos sean detenidos mientras se realizan los procedimientos legales y solicitar penas más duras para los condenados por ayudar a los contrabandistas.
"El Estado destina recursos considerables a mantener a los elementos hostiles fuera de su territorio, empleando puestos de control, vallas y personal", ha señalado Saada. "Hemos visto que hay oficiales que pueden ser sobornados para permitir que camiones y personas entren sin registros, controles o supervisión. Esto también podría hacerse para traer terroristas al país", ha advertido.