El Ministerio de Sanidad del gobierno tripolitano ha agregado que entre los muertos hay seis milicianos, dos civiles y un último que no ha sido identificado, al tiempo que ha señalado que 38 personas han resultado heridas –36 milicianos y dos civiles–.
La Brigada Nauasi ha confirmado que dos de los muertos son integrantes del grupo, mientras que la Brigada de Revolucionarios de Trípoli también ha señalado que dos de los fallecidos eran parte de la milicia, tal y como ha recogido el diario local »The Libya Herald».
Los combates están protagonizados por la Fuerza de Protección de Trípoli, alineada con el gobierno que encabeza Fayez Serraj, y la 7ª Brigada de Infantería Kani, asentada en la cercana localidad de Tarhuna.
La Fuerza de Protección de Trípoli fue creada en diciembre de 2018 a través de la unificación de cuatro de las principales milicias que operan en la capital de Libia –Brigada de Revolucionarios de Trípoli, el Batallón Nauasi, la Brigada Bab Tajura y la Fuerza de Disuasión e Intervención Conjunta Abú Salim–.
El anuncio llegó en medio de los esfuerzos del gobierno de acuerdo nacional, que tiene su sede en la capital, para aplicar nuevos acuerdos de seguridad tras la muerte de al menos 120 personas en los enfrentamientos entre diversas milicias entre agosto y septiembre.
Los nuevos enfrentamientos han estallado a raíz de una nueva disputa en torno al control del aeropuerto de la capital.
En este sentido, el Ministerio de Interior del gobierno de unidad ha advertido del impacto de los combates «entre grupos armados descontrolados» sobre la población civil.
La Misión de Apoyo de Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) condenó el martes «la reciente movilización militar de fuerzas en el sur de Trípoli» y destacó que estaba «supervisando de cerca la situación».
«La UNSMIL advierte a las partes contra cualquier violación del alto el fuego cerrado el 4 y 9 de septiembre de 2018», dijo, al tiempo que alertó contra «poner en peligro la vida de los civiles y sus propiedades».
Así, manifestó que «cualquier parte que inicie una confrontación será totalmente responsable» y señaló que «tomará las medidas necesarias y explorará todas las medidas posibles y disponible a raíz de los acontecimientos sobre el terreno para evitar ese tipo de acontecimientos».
«La misión recuerda a todas las partes de Libia que cualquier ataque directo o indirecto contra civiles, sus propiedades y las instalaciones públicas constituye una grave violación del Derecho Humanitario», zanjó la UNSMIL.
Libia se encuentra inmersa en el caos desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011, dividida »de facto» entre dos administraciones y salpicada aún por una amalgama de milicias armadas.
Las principales facciones llegaron en mayo a un principio de acuerdo para celebrar elecciones parlamentarias y presidenciales el próximo 10 de diciembre. Sin embargo, el enviado especial de la ONU para Libia, Ghasán Salamé, descartó esta fecha y apuntó a 2019 como objetivo.