La Asamblea General de la ONU adoptó hoy una resolución de condena de la situación de los derechos humanos en Corea del Norte, poco después de que se conociera el fallecimiento del dictador comunista de ese país, Kim Jong-il.
La resolución, que se vota anualmente en ese foro del organismo internacional, fue adoptada por 123 países, mientras que 16 se expresaron en contra, entre ellos China, y 51 se abstuvieron, y en ella se pide el «inmediato fin de las graves y sistemáticas violaciones» de los derechos humanos en Corea del Norte.
Además de China, votaron en contra de la resolución la misma Corea del Norte, al igual que Argelia, Bielorrusia, Cuba, Egipto, Irán, Birmania, Omán, Rusia, Sudán, Siria, Uzbekistán, Venezuela, Vietnam y Zimbabue, mientras que Ecuador y Nicaragua, entre otros, se abstuvieron.
En el documento aprobado de forma mayoritaria por los países de la ONU se denuncian las violaciones de los derechos humanos que ocurren bajo el régimen estalinista de Pyongyang, entre los que se incluyen desde restricciones a la libertad de expresión, religión y reunión a las ejecuciones públicas o a las detenciones arbitrarias.
La llamada de atención del organismo internacional sobre la situación de los principios fundamentales en Corea del Norte se produce horas después de que se diera a conocer el fallecimiento, ocurrido el sábado, de su líder Kim Jong-il, de 69 años, a quien sucederá su hijo menor, Kim Jong-un.
Poco antes de celebrarse esta votación en la Asamblea, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, «reafirmó su compromiso con la paz y la seguridad en la península de Corea» y envió «su simpatía a los norcoreanos en este momento de duelo nacional»,, señala un comunicado del portavoz adjunto del organismo internacional, Farhan Haq, sobre la muerte del dictador norcoreano.
Ban -que fue ministro de Exteriores de Corea del Sur antes de ocupar la secretaría general de la ONU- subrayó también la disposición «del sistema de Naciones Unidas a seguir ayudando al pueblo de Corea del Norte».
El máximo responsable del organismo internacional, dijo el portavoz, «está siguiendo de cerca la situación».
En la Asamblea General la votación se produjo sin discusión, pues constaba el visto bueno del Comité de Derechos Humanos, y la condena es similar a otra adoptada en noviembre pasado.
En numerosas ocasiones una amplia mayoría de esa cámara ha pedido a Pyongyang el fin inmediato de las violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos y le ha recordado su deber de proteger a la población.
La situación humanitaria en Corea del Norte, y en especial los problemas de malnutrición que sufre su población, es otro elemento de inquietud para la mayoría de los países de la ONU.
Además de haber sufrido catástrofes naturales que afectan a las cosechas, el país asiático tiene deficiencias estructurales de producción agrícola agravadas por las restricciones a los alimentos que imponen sus autoridades.
El sistema de Naciones Unidas ha estado proporcionando asistencia humanitaria a los norcoreanos, donde seis millones de personas sufren este año la crisis alimentaria y el 33 % de los menores de cinco años padecen malnutrición.
La subsecretaria general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, visitó en octubre pasado la capital, Pyongyang, y las provincias sureñas de Hamgyong y Kangwon.
Durante ese viaje Amos se reunió con funcionarios norcoreanos, agencias, donantes, ONG, visitó hospitales, orfanatos, granjas comunales y mercados locales, así como un centro público de distribución de alimentos y empresas de alimentación.
El Consejo de Seguridad de la ONU tiene impuestas sanciones sobre Corea del Norte por los ensayos nucleares y los ataques balísticos que desde 2006 ha realizado el régimen de Pyongyang.