Los presidentes de Argentina, Mauricio Macri, y Uruguay, Tabaré Vázquez, mantuvieron hoy en Buenos Aires un encuentro oficial que sirvió para reafirmar «una historia de afecto en común» y renovar una agenda basada en el desarrollo de la infraestructura, la energía, el turismo o la seguridad.
Vázquez, acompañado de buena parte de su gabinete, arribó al filo del mediodía de este lunes a la residencia presidencial de Olivos, en el norte de la capital argentina, donde fue recibido por su par, quien también estuvo junto a numerosos miembros de su Gobierno.
Tras la reunión, ambos líderes comparecieron ante la prensa para dar cuenta de su satisfacción por la marcha de la relación bilateral, renovada con la llegada de Macri al poder, en diciembre de 2015, y tras años de distancia, durante el kirchnerismo.
«Tenemos muchas cosas para desarrollar en conjunto, para facilitar el desarrollo de nuestra gente, la generación de empleo y la reducción de la pobreza, que para ambos Gobiernos es una prioridad central», sentenció el presidente argentino.
Este fue el segundo encuentro oficial entre los dos jefes de Estado en lo que va de año, luego del que tuvo lugar en Colonia de Sacramento (Uruguay) el 7 de enero y la breve reunión que ya habían mantenido en Santiago de Chile en diciembre del año pasado, cuando Macri todavía no había asumido el poder de forma efectiva.
Es precisamente desde esas reuniones cuando han surgido, según Vázquez, «amplios caminos de entendimiento» entre ambos Ejecutivos.
«Y también coincidimos, y para mí es lo más interesante e importante, en que los Gobiernos nos tenemos que poner a la altura del relacionamiento que tienen nuestros pueblos», señaló el mandatario uruguayo, convencido de que las relaciones diplomáticas pueden sufrir «altibajos», pero las de los pueblos argentino y uruguayo «han sido históricamente excelentes».
Tras reiterar su felicidad por recibir la visita del «querido presidente Tabaré», de la «cercana, histórica y amigable República de Uruguay», Macri subrayó que con este encuentro se reconfirmó la «vocación de trabajar juntos» y continuar «una historia de afecto en común».
«Me he sentido muy cómodo desde el primer día cuando empezamos a dialogar primero en Chile y después en Uruguay», agregó, convencido de que lo debatido hoy se vaya canalizando tanto en el desarrollo de la infraestructura, y en el trabajo en común en la importación, la exportación, la energía, el turismo y la seguridad.
«Que son todas parte de esta agenda común que hemos compartido», matizó.
Es precisamente el asunto de la inseguridad ciudadana sobre el que se hizo especial hincapié en la comparecencia.
«Una preocupación en común es la seguridad vinculada al narcotráfico y al lavado de activos y en ese sentido están nuestros equipos trabajando fuertemente para lograr conciliar posiciones para llevar adelante leyes, decretos para luchar contra este flagelo», consideró Vázquez, quien apostó por buscar junto a Argentina «mejores condiciones de vida» para la gente.
El presidente Macri adelantó que Brasil ha convocado una reunión en los próximos días a los equipos de seguridad y fronteras para hablar de este asunto, frente a un «crimen organizado internacionalizado que hay que encarar coordinados».
La situación del Mercosur también ocupó un lugar predominante en la cita. Se desveló que el bloque regional celebrará en los próximos días una reunión para discutir si se aplica la cláusula democrática sobre Venezuela, país integrante del mismo.
Macri remarcó que ambos están «muy preocupados» por «cómo han ido escalando las cosas y lo mal que están» en el país caribeño, y añadió que «en estos términos» el país presidido por Nicolás Maduro «no puede ser parte del Mercosur» y ha de recibir «la condena de todas las naciones americanas y del mundo entero», ya que allí «no se están respetando los derechos humanos».
Las relaciones bilaterales entre Argentina y Uruguay vivieron su peor momento durante el primer Gobierno de Vázquez (2005-2010) y sus homólogos argentinos Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015), por la oposición de Argentina a la instalación de una planta de celulosa en territorio uruguayo, junto al fronterizo río Uruguay, por posible contaminación.
Además, ahora, la finlandesa UPM, que gestiona esa fábrica, mantiene conversaciones con el Gobierno uruguayo para la construcción de una nueva planta, pero esta vez en las cercanías de la cuenca del Río Negro, en el centro del país.
Ahora, y en el marco de otra etapa diplomática, Macri reiteró que se trabaja por consolidar un laboratorio en común para que se haga el monitoreo «en forma continua y de común acuerdo» compartiendo la «responsabilidad» de velar por el medio ambiente en el río Uruguay, y anunció la próxima publicación de esos resultados.