«El objetivo principal en esta primera etapa es destruir los aviones de guerra de los rebeldes. Varios rebeldes que se dirigían a la frontera saudí han muerto en los bombardeos», ha dicho el general Ahmed Aseri, el portavoz de la »Operación Tormenta Definitiva». «El objetivo último es restaurar en el poder al Gobierno legítimo de Yemen», ha recalcado.
Arabia Saudí ha asumido el liderazgo de la »Operación Tormenta Definitiva», con la que, junto a otros nueve países de la región, tiene como intención declarada «repeler a las milicias huthis, Al Qaeda y el Estado Islámico» en Yemen.
Las monarquías del Golfo Pérsico temen que la influencia de Irán en la región se extienda con el ascenso de los huthis al poder, en medio de la inestabilidad generada por el conflicto iraquí y la guerra civil en Siria.
El presidente yemení, Abdo Rabbu Mansur Hadi, había apelado directamente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en una carta enviada esta semana, para que autorizara una intervención militar para frenar «la agresión de los huthis» contra su Gobierno.
La crisis política en Yemen, fruto de las disputas intestinas no resueltas con la caída del Gobierno de Alí Abdulá Salé, en 2011, se agravó el pasado mes de septiembre con la irrupción en Saná de los rebeldes chiíes.
Los huthis, que históricamente han reivindicado mayor autonomía para el norte de Yemen, llevaron a Hadi y su Gobierno a dimitir en bloque el pasado mes de enero, evidenciando así la pugna por el control de un país al borde de la guerra civil.