Toda una eminencia en Australia. Cuenta con una dilata carrera en las fuerzas armadas australianas. Formó parte de la rama naval de la Fuerza de Defensa Aérea de Australia y del Estado Mayor.
Nació el 9 de junio en Escocia aunque con 23 años se trasladó a Australia donde trabajó en una cantina. Cuenta con una dilata experiencia como piloto. En concreto como piloto de helicópteros y también como miembro del escuadrón número 9 de la Fuerza aérea australiana.
Tras su experiencia práctica en la armada. Houston tuvo un papel destacado en las fuerzas australianas como diseñador de la estrategia militar de la Guerra del Golfo Pérsico en 1990 y 1991. Precisamente, su experiencia en la la guerra le ayudó a deasarollar programas post traumáticos para los veteranos de guerra. El 4 de julio de 2005, fue ascendido a Mariscal Jefe del Aire y nombrado Jefe de la Fuerza de Defensa.
Tras su retirada, el gobierno de Australia le pidió que formase parte del panel consultivo del país para recomendaciones en el sector aéreo. Está casado con Liz, que es profesora, con quien tiene tres hijos. Nombrado el Coordinador General de la Agencia Conjunta (JACC), que lidera la búsqueda del avión desaparecido, Angus Houston, ha sido el encargado de anunciar los avances en las pesquisas del avión de Malasyan Airlines.
Houston explica que el arco de búsqueda es de 600 kilómetros
Actualmente, la búsqueda se centra en un arco de 600 kilómetros a unos 1.600 kilómetros de la costa occidental australiana. Sin embargo, las opciones de encontrar algo en la superficie disminuyen con el tiempo. Además, hoy se cumple justo un mes de la desaparición del avión mientras volaba desde Kuala Lumpur hasta Pekín, por lo que la vida útil de las baterías de las cajas negras, que es de 30 días, también ha expirado.
Por otra parte, ha aclarado que el submarino Bluefin-21 tiene su límite de operaciones en 4.500 metros de profundidad, justo la que tiene el océano en la zona de la búsqueda. No puede bajar a mayor profundidad, ha subrayado, en referencia a otro de los obstáculos a los que se enfrenta la ya de por sí complicada búsqueda.
«Nada ocurre rápido cuando se trabaja a profundidades de 4.500 metros. Es un proceso largo y doloroso», ha insistido, aclarando que si el submarino encuentra algo inusual en el fondo del océano, será sacado a la superficie y equipado con una videocámara para que pueda tomar imágenes. «No se puede tener el sonar y la cámara abajo a la vez, es lo uno o lo otro«, ha aclarado Houston.