El alemán Andreas Lubitz, que estaba a los mandos del avión de Germanwings que se estrelló en los Alpes franceses el pasado martes, buscó tratamiento médico por problemas de vista, que podían haber puesto en peligro su capacidad para seguir trabajando como piloto.
Así lo han confirmado dos funcionarios relacionados con la investigación de la tragedia a reporteros de The New York Times. La revelación de un posible problema en sus ojos añade un nuevo elemento al retrato que emerge del piloto alemán de 28 años, del que las autoridades dicen que también estaba en tratamiento por problemas psicológicos, algo que había ocultado a la aerolínea.
No está clara la gravedad de su problema de visión ni cómo podría haber estado relacionados con su estado psicológico. En cualquier caso, una fuente con conocimiento de la investigación dijo a NYT que las autoridades no habían descartado la posibilidad de que el problema de vista de Lubitz pudiese tener un origen psicosomático.
Lubitz, el copiloto, estaba solo en la cabina del avión de pasajeros Airbus A320 en el vuelo de Barcelona a Düsseldorf, e hizo caso omiso de las demandas del capitán para entrar en la cabina cuando el avión se estrelló.
El fiscal francés en el caso, basándose en las grabaciones de voz de cabina y otros datos sobre el vuelo, ha dicho que el señor Lubitz deliberadamente estrelló el avión, con otras 149 personas a bordo.
El Hospital de la Universidad de Düsseldorf ha señalado en un comunicado que Lubitz había sido evaluado en la clínica en febrero por vez primera y el 10 de marzo pasado por úlltima vez.
Aunque una portavoz del centro no quiso comentar a NYT sobre si había buscado tratamiento para problemas de visión, citando las leyes de privacidad de los pacientes, el hospital cuenta con una clínica oftalmológica. El viernes, este mismo hospital negó las especulaciones de que Lubitz había buscado allí tratamiento para su depresión.