El padre de Andreas Lubitz, el copiloto del avión de Germawings que presuntamente estrelló de forma voluntaria con 150 pasajeros a bordo, está “completamente hundido” por la tragedia.
Así lo ha asegurado Bernard Bartolini, el alcalde de una localidad cercana al siniestro, Prads-Haute-Bléone. En declaraciones emitidas por la cadena BMF TV, Bartolini ha explicado que el hombre se siente responsable de lo ocurrido. “Siente sobre él toda la responsabilidad de ese drama, atraviesa una angustia increíble”, ha afirmado.
El padre de Andreas Lubitz acudió el jueves a la zona de la tragedia, para participar en un acto en recuerdo a las víctimas en Le Vernet, una localidad cercana al punto del siniestro. Según el regidor, se encuentra totalmente devastado.
Según informó el jueves el fiscal de Marsella, el copiloto habría estrellado de forma voluntaria el avión, aprovechando que el comandante se había ausentado de cabina por necesidades fisiológicas. Cuando éste regresó, Lubitz había bloqueado la puerta de entrada, que el piloto intentó derribar incluso con la ayuda de un hacha. El copiloto activó el botón de bajada de altura, lo que provocó finalmente el impacto.
De acuerdo a los documentos hallados en el registro a su domicilio, un apartamento en Düsseldorf, Lubitz se encontraba de baja el día del siniestro, debido a una depresión diagnosticada por la que estaba siendo tratado. Sin embargo, ocultó este extremo a la compañía. Según fuentes de la investigación, podría padecer también un problema de vista que comprometería su trabajo, para lo cual había requerido asistencia médica.
Hallazgo de restos
Según el diario alemán ‘Bild‘ los forenses podrían haber encontrado ya restos del copiloto que ahora se están analizando para saber si estaba bajo los efectos de alguna sustancia o medicamento.
Hoy, por quinto dia consecutivo, cientos de personas, componentes todos ellos de los servicios de rescate, continúan con los trabajos de recuperación de los restos de las 150 personas fallecidas. Durante todo el día los helicópteros han sobrevolado la zona cargados con todo lo que recogen en la busqueda: entre 400 y 600 muestras biológicas, pero ninguna pieza intacta.
Las condiciones climatológicas han sido hoy mas favorables que los días anteriores. El trabajo sobre el terreno es complicado. Desde primera hora, los helicópteros dejan a los equipos a 18 metros de altura y de ahí descienden con arneses hasta llegar a la zona cero. Lo hacen acompañados por equipos de alta montaña, porque estas cumbres tiene entre 60 y 70 grados de pendiente.