En su comunicado, la organización ha indicado que «entre doce y quince hombres» irrumpieron en el lugar después de que uno de ellos amenazara con una pistola a los guardias de seguridad, tras lo que agredieron a los presentes, a los que pidieron que les entregaran dinero y objetos de valor.
GALZ ha recordado que el 6 de junio de 2013 tuvo lugar un incidente similar cuando cinco hombres armados con martillos entraron en su sede e interrumpieron una reunión, sin que los detenidos hayan sido acusados desde entonces.
«Pese a que la existencia de la comunidad LGTB en Zimbabue no puede ser negada, gracias a la poderosa ayuda de la retórica del presidente Robert Mugabe se ha creado un clima y una cultura de impunidad, como demuestran las acciones de estos matones», ha valorado.
«Somos un país acuciado por múltiples problemas: un creciente desempleo, pobreza, una economía fracasada, el sida y la fragilidad del sistema sanitario, por citar algunos. Somos un pueblo que sufre, y la violencia organizada no debería ser un problema más», ha agregado.
Por ello, ha subrayado que «ha llegado el momento de que las comunidades afectadas hagan frente a las personas que siguen causando daños a las comunidades vulnerables para conseguir que esto llega a su fin».
«La comunidad LGTB de Zimbabue debe poder ejercer sus libertades y derechos constitucionales. Queremos reafirmar nuestro rechazo a la violencia organizada contra los ciudadanos de este país e insistimos en que estos incidentes nunca se deben repetir», ha remachado.