El portavoz del organismo, Charlie Yaxley, ha señalado que la mayoría de los refugiados son niños –el 55 por ciento de ellos son menores– y ha detallado que muchos de ellos cruzaron el lago Chad remando hasta el pueblo chadiano de Ngouboua, un recorrido de tres horas.
«Según los testimonios recogidos por nuestros equipos, los refugiados huyen por temor a perder sus vidas tras la intimidación y amenaza de represalias sufridas tras los ataques de milicias», ha señalado.
Así, ha manifestado que ACNUR trabaja junto a las autoridades chadianas para registrar y comprobar los datos de estas personas de cara a evaluar sus necesidades de ayuda, al tiempo que ha indicado que los recién llegados han empezado a ser trasladados a zonas lejos de la frontera.
«Hasta ahora, ha reubicado a unos 4.200 al campo de Dar es Salam, a 45 kilómetros (de la frontera). Los campos albergan ya a unos 11.300 refugiados nigerianos, llegados desde 2014», ha resaltado Yaxley.
«Nuestra prioridad es proveer en tiempo oportuno de refugio y otras ayudas, incluyendo a aquellas personas en situación más vulnerable. En estos momentos, los recién llegados están siendo dirigidos a refugios colectivos», ha agregado. En este sentido, ha desvelado que «ACNUR distribuye ayuda de emergencia, como esteras, mantas y mosquiteras, y comida caliente».
Por último, ha destacado que los citados enfrentamientos provocaron además el desplazamiento interno de cerca de 30.000 personas que han llegado a Maidurugi, capital del estado nigeriano de Borno (noreste).
«Necesitan ayuda humanitaria, especialmente refugio, comida, agua y saneamiento. «ACNUR reitera su llamada a los países de la región a que abran su s fronteras para quienes huyen de la inseguridad en Nigeria», ha remachado Yaxley.