La web especializada en terrorismo SouganGorup ha elaborado un documento que analiza la participación de combatientes extranjeros en Siria. Calcula que son 12.000 el número de combatientes extranjeros que participan en el conflicto sirio, al tiempo que sostiene que el país árabe es un imán para los combatiente extranjeros.
Entre los extranjeros hay ciudadanos de alrededor de 81 países, muchos de ellos de Europa y Oriente Próximo. Indica que 3.000 combatientes proceden de países occidentales donde Reino Unido y Francia están a la cabeza, con 400 y 700 yihadistas respectivamente. El documento, publicado en el mes de junio, señala que los motivos que empujan a los extranjeros a unirse a ‘guerra santa’ son múltiples aunque hacer la yihad sigue siendo el principal.
Ahrar al-Sham, Jabhat al-Nusra e ISIS son los grupos que mayor simpatía despiertan entre los extranjeros. Los tres están considerados filiales de Al Qaeda pero cuentan con una estructura mejor organizada, más inclusiva y con mejor financiación que su predecesores. Entre las característica que subraya de estos grupo es el uso de las redes sociales como vía de captación de nuevos combatientes.
Los grandes conflictos internacionales con países musulmanes de por medio suelen convertirse en una buena oportunidad para el reclutamiento de yihadistas. Ocurrió en los ochenta en Afganistán, donde fue ganado para la causa nada menos que Osama Bin Laden; ocurrió en los noventa en Chechenia, cuyo entorno sigue siendo un avispero que se ha extendido por todo el Cáucaso; ocurrió en aquella misma década con la guerra de los Balcanes y volvió a pasar en 2000 con la guerra de Irak. Los años diez del nuevo milenio han encontrado también su cantera de yihadistas en Siria, produciéndose además una influencia sobre los países de su entorno – en especial Irak – y sobre el reclutamiento en Europa y países del Magreb que va camino de superar a todos los vividos en otras décadas y conflictos anteriores.
Esta es la conclusión que se desprende del informe ‘Grupos terroristas operando en Siria’, publicado por el Instituto de Estudios Estratégicos y elaborado por el profesor de Relaciones Internacionales de la UNED, Carlos Echeverría Jesús. “Las revueltas en Siria han permitido a la oposición islamista, más o menos radicalizada, protagonizar desde el principio las mismas y transformar el escenario en una sangrienta guerra con dramáticos efectos regionales y globales. Siria se ha transformado en estos casi tres años y medio de guerra en una preocupación internacional en términos de campo de batalla yihadista globalizado más preocupante que los casos previos de Afganistán en los ochenta o Irak en la década pasada. Los actores yihadistas sobre el terreno son particularmente violentos, alimentan el conflicto intramusulmán entre suníes y shiíes, desestabilizan también el vecino Irak y reclutan por doquier”, explica Echeverría en un somero resumen de su investigación.
La aparición en la contienda del Ejército Islámico de Irak y del Levante (EIIL) ha sido determinante en la capacidad de convocatoria de los yihadistas, no sólo por su influencia en los combates sino sobre todo, por su capacidad para liberar a cientos de presos y sumarlos a su causa, así como por su gran manejo de las redes sociales. Según el think tank estadounidense ‘Soufan Group’, el EIIL ha reclutado unos 12.000 yihadistas, de los que 3.000 procederían de países occidentales. Por su parte, el Brookings Doha Center cifra entre 6.000 y 7.000 su número de combatientes en Siria y entre 5.000 y 6.000 los de Irak.
Atendiendo a estas cifras, el conflicto de Siria sería el segundo destino que más combatientes extranjeros ha atraído en la historia, sólo superado por la guerra de Afganistán, un conflicto que atrajo entre 10.000 y 15.000 yihadistas