El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha aprovechado su mensaje de Año Nuevo para lanzar una «alerta roja» a nivel mundial, advirtiendo de que los conflictos se están agudizando, están surgiendo nuevos desafíos que son globales pero por contra se está produciendo una tendencia de los países a «replegarse sobre sí mismos».
Un año después de asumir el cargo, Guterres ha lamentado que «el mundo ha retrocedido en aspectos fundamentales» en este tiempo y «los conflictos se han agudizado y han surgido nuevos peligros». Según ha destacado «la ansiedad mundial en torno a las armas nucleares está al nivel más alto desde la Guerra Fría» y «el cambio climático está avanzando más rápido que nuestra respuesta».
Además, ha destacado el máximo responsable de la ONU, las desigualdades siguen creciendo, se producen «horribles violaciones de los Derechos Humanos» y «el nacionalismo y la xenofobia van en aumento».
Si sumamos todo, ha continuado, «nos encontramos con la paradoja de nuestro tiempo: los desafíos son cada vez más globales y, sin embargo, los pueblos se están replegando cada vez más sobre sí mismos». Por ello, ha apelado a «la unidad de la comunidad internacional».
Guterres se ha mostrado convencido de que es posible hacer del mundo «un lugar más seguro» y de que se pueden «resolver los conflictos, superar el odio y defender los valores compartidos». «Pero solo podemos lograrlo si lo hacemos juntos.
Por ello, ha instado a los líderes mundiales a que cumplan con un propósito en 2018: «Reduzcamos las diferencias. Superemos las divisiones. Restablezcamos la confianza uniendo a las personas en torno a objetivos comunes», ha conminado, subrayando que «la unidad es el camino y nuestro futuro depende de ello».