Ucrania sigue siendo un avispero que la UE no quiere que se revuelva en exceso. Putin mantiene con mano de hierro los hilos de la situación aunque Hollande y, más que nadie, Merkel intenta que la situación no se vaya de las manos hasta tal punto que EEUU decida intervenir. No le interesa a la UE (que ha gestionado mal el conflicto desde el principio, pero que no quiere que las armas sustituyan a la diplomacia).
En un nuevo paso hacia el intento de calmar la situación, los presidentes de Francia, Rusia y Ucrania y la canciller alemana han convenido enviar a observadores de la OSCE a puntos calientes del frente en el este de Ucrania donde se han constatado violaciones de la tregua, anunció el martes la presidencia ucraniana.
Este acuerdo se tomó durante una conversación telefónica entre la canciller alemana Angela Merkel y los presidentes francés, François Hollande, ruso, Vladimir Putin, y ucraniano, Petro Poroshenko, en la noche del lunes al martes, precisó la presidencia a través de un comunicado.
«Los interlocutores apoyaron la proposición ucraniana de desplazar a observadores de la Organización para la seguridad y la cooperación en Europa (OSCE) a todos los puntos donde el alto el fuego se ha violado, empezando por diez localidades» de las regiones de Donetsk y Lugansk, de las que una parte está bajo control de los separatistas prorrusos, informaba la nota.
Aunque las autoridades alemanas, francesas y rusas informaron de esta conversación en sus comunicados respectivos, no mencionaron el acuerdo para el despliegue de observadores en los puntos calientes propuesto por Kiev.
Los cuatro dirigentes «están convencidos de que la OSCE debería jugar un papel todavía más importante en el mantenimiento del alto el fuego y la retirada de las armas. Ellos solicitaron a la OSCE que publicara un informe diario sobre los trabajos en curso», indicó por su parte el portavoz de Angela Merkel, Steffen Seibert, en un comunicado.
La tregua del 15 de febrero se ha respetado en líneas generales… según la OTAN
La tregua entró en vigor oficialmente el 15 de febrero, pese a que desde entonces Kiev y los rebeldes prorrusos se han acusado mutuamente de haberlo violado en varias ocasiones. No parece que se haya cumplido fielmente, aunque la OTAN no opina lo mismo.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha asegurado este martes que, a pesar de «algunos incidentes» en el este de Ucrania, el alto el fuego se está respetando en términos generales y ha instado a los separatistas prorrusos a no utilizar la tregua para «preparar una nueva ofensiva» ante la preocupación en torno a la ciudad de Mariupol.
«Todos estamos de acuerdo en que el acuerdo de Minsk y el alto el fuego es la base para una solución pacífica negociada en Ucrania y, por ello, es extremadamente importante que el acuerdo de Minsk y el alto el fuego sean respetados y aplicados de forma completa. Todavía vemos algunos incidentes y esto subraya que el alto el fuego es frágil», ha explicado en Noruega en una rueda de prensa tras abordar la situación en Ucrania con el presidente eslovaco, Andrej Kiska.
Aunque Stoltenberg ha asegurado que «parece que en su conjunto el alto el fuego se está manteniendo», ha reiterado la importancia de que «todos los bandos respeten sus compromisos» y, sobre todo, «que los separatistas, apoyados por Rusia, no utilicen esta pausa en los combates para preparar una nueva ofensiva».
Igualmente, el secretario general aliado ha reclamado la retirada del frente de «todo el armamento pesado» y «pleno acceso» para que los monitores de la OSCE puedan supervisar el alto el fuego sobre el terreno.
Stoltenberg ha insistido en que Ucrania necesita «mucho apoyo político y práctico» de los aliados a través de los cuatro fondos fiduciarios creados por la OTAN para apoyar a las fuerzas ucranianas en áreas como la logística o la rehabilitación médica de militares, pero sin llegar al suministro de armas que pide Kiev para defenderse. «Todos podemos hacer más», ha dicho el noruego.
El presidente eslovaco reclama a Rusia que es su responsabilidad mantener el alto el fuego
El presidente eslovaco, que visitó Kiev la semana pasada, se ha mostrado de acuerdo en que hay que hacer el máximo para «mantener» el alto el fuego pero ha avisado de que «es muy frágil» y ha insistido en que «Rusia tiene su responsabilidad propia para mantener el alto el fuego en vigor».
«La seguridad en Europa ha empeorado y ahora nos enfrentamos a desafíos que no podíamos haber imaginado hace unos años. La OTAN para Eslovaquia es crucial para nuestra seguridad», ha subrayado el eslovaco, que ha recalcado el objetivo prioritario de su país de «reducir la dependencia en el armamento militar ruso».
La guerra de información está siendo vital en el conflicto
También ha reclamado a la OTAN que preste atención al «problema» de la «guerra de información» en el marco de la crisis ucraniana con «mentiras burdas».
«No es suficiente tener las mejores armas, también nos tenemos que centrar en la campaña para manipular la opinión publica en nuestros países», ha reclamado, mientras que Stoltenberg ha dejado claro no hay que «responder a propaganda con propaganda» a pesar de que la guerra de información que promueve Rusia es «una manera de intentar socavar» la unidad y coherencia en la Alianza Atlántica, algo que no está consiguiendo. «A largo plazo la verdad prevalecerá», ha sostenido.
Stoltenberg ha celebrado además que el plan de acción aprobado por los aliados para reforzar la defensa colectiva a fin de garantizar la defensa de «todos los aliados» de las amenazas en el este y al sur y que incluye la creación de una fuerza rápida capaz de movilizarse en días se está cumpliendo de acuerdo con los «planes y compromisos». «Va en la buena dirección», ha asegurado, si bien ha insistido en la necesidad de que los aliados inviertan más en la defensa colectiva. «No es algo gratis», ha recordado.
Ucrania culpa a los prorrusos de los incidentes y habla de un tenso alto el fuego
La «situación en Ucrania es muy difícil y tensa a pesar del alto el fuego» y «todavía tenemos muchos incidentes provocados» por los separatistas prorrusos en el este del país, declaró el martes en Tokio el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Pavlo Klimkin.
«Sigue habiendo un problema de falta de confianza en las relaciones entre Ucrania y Rusia», agregó el ministro en declaraciones a los periodistas. «No podemos realmente contar con los acuerdos entre los rusos y nosotros», insistió Klimkin, cuyo gobierno denuncia junto a los occidentales la implicación en el conflicto de Moscú, que la desmiente.
«Y es precisamente por eso que necesitamos la posición constante del conjunto de la comunidad internacional para defender la paz en Ucrania, e igualmente la soberanía y la integridad territorial ucranianas», dijo Klimkin en Japón, donde se entrevistará con el primer ministro Shinzo Abe.
Las fuerzas de Kiev y los insurgentes prorrusos del este del país mantienen en términos generales un alto el fuego que entró en vigor el 15 de febrero con la esperanza de poner fin a un conflicto que ha dejado más de 6.000 muertos, según la ONU.