El veredicto contra el extremista noruego Anders Behring Breivik, juzgado por la matanza de 77 personas el año pasado en Noruega, se pronunciará el 24 de agosto, anunció el viernes la juez Wenche Elizabeth Arntzen al término del proceso.
En el último día del juicio, Breivik, de 33 años, pidió su absolución, alegando que cometió los ataques del 22 de julio de 2011 para proteger a los noruegos contra el islam y el multiculturalismo.
«No puedo reconocer mi culpabilidad. Invoco el principio de necesidad (que permite matar en circunstancias excepcionales) ya que he luchado por mi pueblo, mi cultura y mi país«, afirmó Breivik en su intervención final.
En su discurso ideológico de unos 45 minutos, el acusado citó la serie »Sex and the City» y a los artistas noruegos, de origen extranjero, que participaron en el concurso de Eurovision para deplorar la liberación sexual y el multiculturalismo que amenazan a la familia tradicional.
Dirigiéndose a los cinco magistrados, Breivik aseguró que «la Historia demostrará que han juzgado a un hombre que intentaba detener el Mal», que «cometió una barbarie para evitar otra barbarie aún mayor».
Su defensa pide que vaya a la cárcel
La defensa de Anders Behring Breivik pidió el viernes, en el último día de proceso, que sea hallado mentalmente cuerdo y enviado a una prisión, pero no internado en un manicomio.
El principal abogado del Breivik, Geir Lippestad, tras dos horas de alegato, pidió que su cliente sea castigado con la pena «más clemente posible». También pidió que sea rechazada la solicitud del fiscal de internamiento psiquiátrico.
Los abogados defensores tuvieron que demandar la absolución de Breivik, pero era una mera formalidad irrealizable, que no se puede eludir ya que el acusado se declaró no culpable, pese a haber confesado ser el autor de la matanza para librar a Noruega de la «invasión musulmana».
Este momento de su alegato provocó un episodio desconcertante. El abogado requirió la pena «más clemente posible» pero aparentemente olvidó pedir formalmente la absolución, generando una fuerte reacción de Breivik.
Así, solamente tras una pregunta de la juez Wenche Elizabeth Arntzen, el letrado confirmó la demanda de «absolución». El 22 de julio de 2011, Breivik causó la muerte de 77 personas cuando hizo estallar una bomba cerca de la sede del gobierno en Oslo, dejando ocho víctimas mortales, y luego disparó contra los jóvenes que participaban en un campamento en la isla de Utoya, dejando otros 69 muertos.
Si es reconocido penalmente irresponsable, este extremista de 33 años corre el riesgo de ser internado en un centro psiquiátrico, posiblemente por el resto de sus días. En cambio si es declarado responsable, es pasible de 21 años de cárcel, una pena que puede ampliarse mientras sea considerado peligroso.