El anuncio del ayuntamiento de Madrid de limitar el tráfico rodado en el centro de la capital para reducir el tráfico y la contaminación. Así, un área de más de 500 hectáreas estarán restringidas al tráfico privado no residencial cuando acabe el mandato de la alcaldesa de la capital, Ana Botella, en mayo de 2015.
En realidad, se trata de una práctica muy común en las principales ciudades europeas e incluso en otras españolas como Sevilla, Málaga y Córdoba.
Por ejemplo, en la capital andaluza el ayuntamiento sólo permite circular a los vehículos que no sean de residentes durante 45 minutos en el centro de la ciudad, una medida que afectaba a los 110.000 vehículos que circulaban cada día por el casco antiguo, de los que 40.000 pertenecían a vecinos de la zona. El que incumpla la medida deberá pagar 90 euros.
Para hacer efectiva la propuesta, el ayuntamiento hispalense divide el casco antiguo en cuatro zonas que son vigiladas por 20 cámaras conectadas con el centro de control de tráfico y con los sistemas informáticos de los aparcamientos subterráneos del centro.
Los no residentes que opten por llegar al centro de Sevilla en sus vehículos tienen la posibilidad de dejarlos en los aparcamientos subterráneos sin que sean penalizados por sobrepasar la restricción de los 45 minutos que sí se aplica en la calle.
Algo parecido sucede en otras ciudades andaluzas como Córdoba y Málaga, que además hace especial incapié en restringir su casco histórico al paso de vehículos pesados. En la ciudad costera hace varios años que se delimitó el paso a los vehículos en la zona del del Centro de Arte Contemporáneo. El sistema que delimita el tráfico se lleva a cabo mediante pivotes automáticos, que sólo permiten el paso a residentes y servicios públicos. Solo 400 vehículos disfrutan de este permiso.
Para acceder al centro de Málaga sólo se puede hacer a través de dos entradas. La primera de ellas está habilitada a todos los residentes mientras que por la segunda sólo se puede quien tenga permiso para el vado autorizado.
El proyecto malagueño contra el tráfico rodado en el centro arrancó en 2009, y ese año ya se redujo el número de coches que circulaban por la zona. De una media de 2.417 vehículos que circulaban por la zona centro, un año después descendieron a 2.160 y a 1.422 en 2011.
Los alrededores de la Mezquita
Otra ciudad andaluza, Córdoba, se toma muy en serio lo del tráfico y la contaminación en el centro de la ciudad. En total, el ayuntamiento limita la circulación en torno a 300 calles de las 246 hectáreas de las que consta el centro histórico de la antigua ciudad califal.
En concreto, por esas 300 calles sólo pueden acceder los vehículos autorizados por ser residentes de la zona. Al igual que en Sevilla, el método empleado para controlar que ningún coche se salta la normativa es el de la instalación de cámaras en los puntos de acceso al casco antiguo.
Es en los alrededores de la Mezquita donde se concentra el mayor número de calles -52- con limitaciones a cualquier tipo de vehículo.