Esta puede ser una de las últimas oportunidades de la temporada para disfrutar de la nieve, así que si tu destino es la montaña, estás de enhorabuena. Eso sí, la maleta para ir a esquiar en primavera es la más complicada, porque por la mañana y por la noche puede hacer frío, pero a mediodía y por la tarde, es probable que el sol haga acto de presencia y te »ases» si sólo llevas ropa invernal.
Además de tu ropa para descender por la montaña, esto es lo que no puede falta en tu maleta para cuando se termine la jornada de esquí:
1. EL PLUMAS, FUNDAMENTAL. Hasta la rodilla o tipo cazadora, esta prenda es fundamental para ir a un destino de montaña. Esta temporada los hemos visto de todos los coloers, del blanco al negro pasando por el rosa, el verde militar o el gris irisado. Si hace frío, agradecerás haber cargado con él.
2. CAMISETAS TÉRMICAS Y JERSEY DE PUNTO. Como es probable que las temperaturas sean mucho más suaves que en la temporada invernal de esquí, a la hora de bajar de la montaña y quitarte los esquíes, tendrás que ponerte cómoda y no tan abrigada. Las camisetas térmicas, con un toque femenino como un encaje en el cuello, son básicas, porque te harán un servicio tremendo y las podrás llevar solas bajo el plumas. Además, deja los jerseys de lana más gorda en casa y apuesta por otros de punto más finos porque sino pasarás calor.
3. UGG PARA EL APRES SKI. Las botas de la marca australiana son un must también en la nieve. Cómodas, calentitas, a salvo de la lluvia y perfectamente conjuntables con cualquier estilimo informal. Llévalas cuando termines de esquiar, con vaqueros pitillo o con unas sencillas mallas negras. Nos gustan todas: las de lana en cualquier color y las clásicas de ante y borreguito en marrón o negro. Hasta puedes darle el toque fashion con unas con lentejuelas o lazos como decoración.
4. GORRO DE LANA… ¡Y GAFAS DE SOL! En este punto es donde comprobamos la dualidad de esta época del año, y más en la montaña. Lleva un gorrito de lana divertido, tipo peruano, con estampado alpino y con pompón de colores. Pero además, no te olvides de las gafas de sol (las de calle, aparte de las que lleves para esquiar). Los rayos solares en la montaña son fortísimos por el reflejo con la nieve, y te harán falta las gafas aunque hayas terminado tu jornada de esquí y prefieras pasar la tarde disfrutando del sol en un refugio tomando un delicioso chocolate caliente.