Las celebrities han lucido sus mejores galas y aunque hemos visto a verdaderas estrellas en la alfombra roja de los Oscar, que han brillado con luz propia, como Cate Blanchett o Penélope Cruz, otras no han acertado.
Ya sea por el color del vestido, por el peinado o por todo junto, estas actrices no han conseguido brillar como en otras ediciones de los premios de la Academia de Hollywood:
Anne Hathaway. El estilo lánguido de Anne comienza a cansar. Para la alfombra roja eligió un diseño de Gucci de Alta Costura en negro con el cuerpo decorado con incrustaciones en plata, pero no estaba para nada favorecida. El negro, que suele ser acierto seguro, no lo fue en en este caso ya que Anne parecía mucho mayor también debido a su pelo, más oscuro que en otras ocasiones. Anne no acertó.
Julia Roberts. Ella es la novia de América pero muchos la han calificado tras aparecer en la alfombra roja como la »viuda» de América. Julia Roberts, que es una gran dama de la interpretación, también optó por el color negro para su vestido. El elegido fue un diseño de Riccardo Tisci para Givenchy recto con pleplum de encaje y escote en V también de encaje. Julia, que iba elegante con un recogido bajo y mechón que le caía sobre el rostro, parecía una señora demasiado sobria para la ocasión.
Emma Watson. Otra que parecía su madre. La joven actriz, que impactó en los Globos de Oro con un vestido-pantalón en color coral, no dio en la diana con su vestido negro y plateado. No nos gusta ni el tejido brillante, ni la silueta que destacaba sus caderas ni el peinado, que la hacía parecer veinte años mayor de lo que es.
Sandra Bullock. No ha querido hacer inventos Sandra para ir a los Oscar. Si en los Globos de Oro destacó con un vestido tricolor, en esta ocasión ha elegido el azulón para un traje palabra de honor con cruce en la cintura drapeado de Alexander McQueen. El vestido no estaba mal, era sobrio y discreto, pero quizá algo anticuado en ese tejido de seda brillante. Para ser un McQueen desde luego no destacó por su originalidad ni glamour. Un pan sin sal, vamos.