Vicky Martín Berrocal es una mujer »rotunda» y con una belleza andaluza que impone. A sus 40 años (cumplidos este miércoles), la diseñadora ha presentado una colección cápsula de seis vestidos de cocktail (que saldrá a la venta el 26 de marzo) para la línea Violeta by MANGO, de la que además es imagen.
Vicky nos habla de este nuevo proyecto, de su hija, del amor (aquí es muy misteriosa) y de cómo afronta los próximos retos profesionales dentro del mundo de la moda.
Hoy cumples 40 años. ¿Qué tal se lleva lo de hacerse mayor?
Se lleva bien. ¡Ójala pudiese cumplir mil! Mi cumpleaños siempre ha sido de los grandes días del año para mí. Me gusta cumplir años. Intento ser feliz todos los días de mi vida, pero el 11 de marzo está tatuado en mi piel.
¿Pesan más los años o los kilos?
Los años no pesan y tampoco creo que cuando cumpla 40 más me pesen. Me gusta vivir. Los kilos pesan lo que pesan (risas). Creo que es más importante cómo lo lleves y la actitud que tengas ante la vida.
¿Cómo vas a celebrarlo?
No voy a hacer nada hoy, pero lo celebraré en algún momento de esta semana. Hoy cenaré con mi hija y mi madre y mi hermana, algo íntimo.
El fiestón para el fin de semana…
Fiestón no sé si voy a hacer este año (risas).
¿Te han hecho ya algún regalo?
Aún no. Pero para mí esta colección es un regalo y justo hoy. Después de mi colección Volver esto ha sido lo siguiente y además siendo imagen de la marca es increíble. Poder llevar mis colecciones que tanto gustan a una línea como Violeta más a mano de todos por precio, me sitúa en un lugar por el que he luchado mucho para estar. No puedo recibir más regalos este año. Arranqué diseñando vasos para Nocilla, mi colección, ahora esto para Violeta…
¿Te imaginabas hace diez años diseñando para una firma como MANGO?
No, ni hace diez años ni nunca. Veía MANGO y es un peso pesado. Quién me iba a decir que iba a tener un hueco aquí y a ser imagen de la marca en 18 países. Y encima que pueda diseñar una colección mía, es un despropósito.
¿Cómo te ves en las fotos del catálogo?
La sesión de fotos varía mucho de lo que es una realmente. Pero yo me muestro como soy y discuto mucho lo del Photoshop. No puedes confundir porque luego la calle habla por sí sola.
Y además eres una mujer con una talla ‘real’…
Yo tengo una talla normal y parece que la gente se sorprende. Es como cuando se sorprenden porque te llevas bien con un ex (risas). Es que es lo normal.
Has diseñado para Nocilla, ¿tú la comes?
¡Sí! Como Nocilla con roscos (colines), con pan no. No hay nada que me guste más, mi madre me la quitaba de las manos de chica.
¿Qué te parece que cada vez haya más firmas con tallas grandes?
¡Y olé! Está cambiando pero debería hacerlo a un ritmo más acelerado, debería dar un vuelco brutal. No hace sentir bien a la mujer real, a la que no vive de la moda. No nos damos cuenta de que lo vemos es gente que vive de la moda, que se mantiene así para su profesión y que tiene que tener una talla 34 por narices porque sino no entra en esos desfiles de alta costura…
No hay que maquillar nada, cada mujer es un mundo. Lo mejor es sentirse bien y defender lo que una tiene. Levantarte y decir ‘esta soy yo y tiro para adelante’.
¿Tú tienes complejos?
Claro. Con 13 años tenía a lo mejor una talla 44 y con esa edad es complicado, te pueden decir cosas otras niñas. Y ahí es difícil. A mí lo que me pasaba es que me daba lo mismo. Dentro de mi coraje, yo decía ‘hay que ver lo que tengo que pelear esto’, pero ni dejaba de comer ni nada de eso.
¿Te pones todo o crees que la talla también impone ciertos ‘límites’?
Yo soy una mujer que tiene límites. No me puedo poner todo lo que quiera. Me conozco y sé lo que me favorece y lo que no. Intento resaltar lo bueno que tengo y esconder lo que no me gusta tanto. Por ejemplo, me gustan los largos por debajo de la rodilla, por encima no me lo pongo, prefiero esconderla. Es conocer tu cuerpo.
¿Qué otros proyectos tienes?
En mayo tengo la presentación de mi colección novia y madrina.
¿De dónde sacas tiempo para todo?
Lo que más me ha costado ha sido el desfile de ‘Volver’, por los 10 años de moda flamenca. Fue un desgaste físico, creativo… Ni me conocía. No entendía quién estaba ahí. Miraba la colección y no me veía reflejada en mis anteriores colecciones. Dudaba mucho de lo que había hecho. Ha sido agotador. Pero creo que la vida me está tratando demasiado bien, a veces hasta me da miedo.
Al desfile asistió tu ex con Virginia y tu hija, supongo que sería muy emocionante para ti.
Sí (se emociona). Virginia siempre ha estado y mi hija es una incondicional mía obviamente, pero Manuel era al primer desfile que venía. Me sentí muy bien. Creo que hay momentos en los que todo encaja.
«Menos vestir al hombre, me atrevo con todo»
¿Cómo definirías tu estilo como diseñadora?
Rotunda. No tengo término medio, soy una mujer de excesos. Lo que me gusta es lo que quiero y no me quieras convencer de que se lleva otra cosa porque no voy a entrar ahí. Soy rebelde. Busco que la mujer esté como tiene que estar. Y si no gusta, me da lo mismo. Tengo un camino y sé cuál es.
Eso se aprende con los años, ¿no?
Claro… A los 20 no… Ya me hubiese gustado saber todo esto a los 20 (risas).
¿Te atreverías a diseñar ropa de baño?
Menos vestir al hombre, me atrevo con todo. He hecho papelería, ropa de hogar… Baño lo quise hacer hace tiempo. Lo haré.
¿Tú eres más de bikini o traje de baño entero?
Yo soy de burka (risas). Soy de pieza entera. El invierno es más elegante que el verano, que saca lo peor de uno (la piel, los pies, la celulitis, suda una, el pelo se riza…) (risas). Yo en la playa me tumbo y que sea lo que dios quiera (risas).
¿Podrían pillarte en topless?
Sí, claro, en casa (risas).
«Mi hija ve a su madre con sus curvas y le encanta»
¿Tú hija también es una adolescente con curvas?
Mi hija es una niña que come de todo, está sana, hace deporte. Y tiene curvas. Es una mujer rotunda y le gusta la mujer, mujer. Ve a su madre y le gusta. Tiene 15 años y ve lo que hay en casa. Ve a su madre con su cuerpo, curvas, celulitis y todo lo que una mujer tiene que tener. Lo que no es normal es ver otras cosas.
¿Le gustaría ser también diseñadora?
Le encanta el periodismo, quiere ser periodista de moda. Pero claro, a esta edad cambian cada dos días de idea.
¿Y modelo?
Quiere desfilar pero para mí. Me dice que cuando tenga más altura que la ponga bien espectacular (risas).
Has dicho que tiene mucho carácter, ¿podría darte ‘problemillas’ como adolescente?
No, ella es muy niña. Mi hija tiene mucha personalidad, sabe decir no, tiene muy claro lo que no quiere, por dónde no quiere ir… La llevas. Tiene carácter. Yo también lo tenía pero era muy dócil y Alba es muy parecida en eso.
¿Ya tiene novietes?
Yo con 15 no tenía novio tampoco. Seré buena suegra… depende de con quién (risas).
¿Hay conflictos con Manuel a la hora de educar a Alba?
No hay conflicto. Manuel es un hombre que confía en mí, ella vive conmigo y va con él cada dos fines de semana pero estamos siempre en contacto.
¿Te gustaría ser mamá de nuevo?
Si llegase el hombre que trastocara mi vida y emocionalmente me hiciera pegarme dos ‘chocazos’ contra pared, pues sí. Cuando se quiere, se puede.
«He aprendido a amar sin recibir nada a cambio»
En Instagram subes muchas fotos y mensajes de amor, ¿estás enamorada?
Mis mensajes en Instagram son de amor… (risas). Estoy con el corazón alborotado desde hace año y medio. He aprendido a tener una actitud brutal ante la vida, algo que antes me tambaleaba. He aprendido a ser paciente, que no lo era; a mirar la vida de una forma más positiva y a amar a cambio de nada. Es lo único que puedo decir y a partir de ahí podéis remover. Con esto os estoy contando mi gran realidad.
¿Quizá buscas a un hombre como era tu padre?
Mi padre era un pedazo de hombre, me encantaba. Era un tío, un caballero, un hombre al que admiraba, con un sentido del humor brutal, leal… Es que mi padre es el conjunto del hombre ideal. Pero no puedes buscar un hombre igual que tu padre. No tiene que ser ni parecido, lo que quiero es un hombre, hombre, un tío de verdad.
Entonces, algo tienes ¿no?
¡Que no tengo nada! Puedo querer a alguien, que me puede provocar emociones y estas emociones a lo mejor me han hecho llegar a diseñar, crear…
¿Por qué siempre te tienes que enamorar y que ese amor sea correspondido? Por supuesto que es lo ideal pero no siempre es así. Yo tengo que sentir. No puedo concretar nada, sólo que he aprendido mucho en estos años y es amar sin recibir nada a cambio. Igual que ahora soy paciente y antes era la más impaciente del mundo.
¿Tienes algo que decir del tema de Anna Allen y el vestido que tú le hiciste?
Pasopalabra. No voy a hablar de eso. No tengo nada que hablar de esto. No he hablado y no voy a entrar. No es protagonista de mi vida, no forma parte de mis días ni de mi vida profesional. No tengo nada que decir ni bien ni mal.