En la madrugada del 4 de julio de 1977 se produjo la primera imagen de resonancia magnética de un ser humano vivo. El sujeto Larry Minkoff, uno de los miembros del equipo liderado por Raymond Damadian, tuvo que soportar más de cuatro horas de examen para lograr un corte del tórax, en el que escasamente se podían discernir el corazón. Curiosamente con Damadian la fundación Nobel incurrió en uno de los mas importantes errores de su historia: En 2003, el Premio Nobel de Fisiología o Medicina fue otorgado a Paul Lauterbur y Sir Peter Mansfield por sus descubrimientos relacionados con la resonancia magnética, olvidándose escandalosamente de Damadian, padre e impulsor de la técnica.
La Resonancia Magnética es una exploración que permite obtener imágenes del organismo de forma incruenta (no invasiva) sin emitir radiación ionizante y en cualquier plano del espacio. Posee la capacidad de diferenciar mejor que cualquier otra prueba de radiología las distintas estructuras anatómicas. La obtención de las imágenes se consigue mediante la estimulación del organismo a la acción de un campo electromagnético con un imán potentísimo (equivalente a 15 mil veces el campo magnético de la tierra). Este imán atrae a los protones que están contenidos en los átomos de los tejidos. Cuando se interrumpe la acción del imán, los protones vuelven a su posición original, liberando energía y emitiendo señales que son captadas analizadas por un ordenador que las transformará en imágenes.
En los últimos cinco años la resonancia magnética se ha convertido en una técnica imprescindible para el cardiólogo en numerosas situaciones clínicas ofreciendo información pronóstica y diagnóstica de gran valor. Hoy en día la inyección durante el estudio de una sustancia paramagnética como el gadolinio, permite localizar las áreas de fibrosis del miocardio, siendo el mejor método para detectar áreas de infarto que incluso han podido pasar desapercibidas.
El futuro de ésta será sin duda espectacular. Estamos cada vez más cerca de utilizar rutinariamente en nuestros pacientes técnicas de bioimagen o imagen molecular, con estas técnicas vamos a entender los mecanismos que hacen que se desarrolle la enfermedad coronaria a nivel molecular y qué mecanismos pone en marcha el organismo para defenderse de esta enfermedad. La comprensión a nivel molecular de la enfermedad coronaria ayudará sin duda a tratar y prevenir la enfermedad de una manera más efectiva redundando en beneficio de un mejor manejo del paciente con enfermedad coronaria.