Hace 16 años, el 4 de julio de 1998, un genio holandés llamado Dennis Bergkamp metió a Holanda en las semifinales de la Copa del Mundo de Francia dejando para la historia uno de los goles más hermosos de la historia.
La cita fue en Marsella, en una jornada histórica que enfrentó a los holandeses contra los argentinos. Holanda terminó llevándose el encuentro por 2-1 frente a Argentina y se clasificó para las semifinales del Mundial, rompiendo la racha de 20 años sin alcanzar esa fase.
A pesar de la petición de intensidad que Daniel Passarella había realizado al combinado albiceleste, los argentinos se olvidaron del peligro tras empatar Claudio el piojo López el gol conseguido en primera instancia por Patrick Kluivert.
El partido se tornó drama para Argentina a un minuto escaso del pitido final, cuando Dennis Bergkamp recibió un balón imposible con un control quirúrgico, dejó roto en una baldosa a Ayala y batió a Roa con una sangre fría que sigue estremeciendo aún hoy.
Un gol, una leyenda, un recordatorio para los que defienden conservar resultados. Cuando el genio aparece, no hay remedio que valga.