Los helicópteros de emergencias de la Generalitat de Valencia han realizado un total de 229 rescates en lo que va de año, según datos de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias. La mayoría de rescates se efectúan a senderistas extraviados en zonas de difícil acceso o a personas practicando deportes de riego.
De esta cifra, 143 corresponden a traslados sanitarios urgentes realizados por helicópteros medicalizados con base en Castellón y Alicante, cuyo principal cometido es cubrir toda la comunidad autónoma. Además, el helicóptero de coordinación V-1 puede realizar también traslados sanitarios cuando es necesario, gracias a su «versatilidad».
Estas aeronaves prestan traslados tanto primarios como secundarios, siendo los primeros en los que interviene el personal médico del helicóptero en la atención a la víctima, mientras que los secundarios tan sólo implican traslados de pacientes entre centros sanitarios, un servicio que también realizan estos equipos.
«Los helicópteros medicalizados van tripulados por el piloto y personal de emergencia, además del equipo médico de la Consejería de Sanidad, lo que los convierte en auténticas ambulancias en el aire”, que evitan que los pacientes más graves o que precisen de una intervención urgente tengan que ser trasladados por tierra, lo que aumentaría los tiempos.
En cuanto a los grupos de rescate de los consorcios de bomberos de las tres provincias valencianas, las cifras de esta agencia recogen que se han realizado 86 servicios entre rescates y búsqueda de personas desaparecidas en la Comunidad Valenciana. Sólo en Alicante se han efectuado 65 rescates.
Según informó el director de Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, José María Ángel, la mayor parte de estos rescates “se han efectuado a senderistas extraviados en zonas de difícil acceso o con fracturas en extremidades inferiores, ciclistas o personas que practicaban actividades con cierto riesgo como parapente, barranquismo o espeleología”.
Estos grupos regionales de rescate realizan sus prácticas formativas en escenarios terrestres y acuáticos, con el objetivo de capacitar al personal de bomberos para realizar rescates montañosos y en barrancos, así como en embalses y en aguas continentales. Además, también llegan a apoyar operaciones en aguas costeras.