El 25 de marzo de 1835 apareció el primer cuadernillo de los Cuentos de Hans Christian Andersen. Entre sus cuentos más famosos se encuentra ‘El patito Feo’, aunque son muchos los que han alcanzado la fama mundial como ‘la Princesa y el Guisante’, ‘Pulgarcita’, ‘el soldadito de plomo’, ‘la Sirenita’, ‘el traje nuevo del emperador’, ‘la pequeña cerillera’, ‘los zapatos rojos’ y un largo etcétera de obras que pasaron a la historia de la literatura.
Hans Christian Andersen vino al mundo el 2 de abril de 1805 en la ciudad de Odense (Dinamarca) en el seno de una familia muy pobre. En varias ocasiones tuvo que mendigar e incluso dormir bajo un puente. El humilde hogar de la familia se encontraba en el centro de la ciudad y pese a su extrema pobreza albergaba ciertos libros como la Biblia, ‘Las mil y una noches’, y las comedias del escritor danés Holberg, que el padre de Hans Christian leía en alto. Además, Odense tenía un teatro al que le gustaba colarse para ver las funciones, quedando irremediablemente hechizado por el ambiente de la farándula. Así, desde muy joven, decidió que quería ser artista.
No tardaría en poner rumbo a Copenhague con el objetivo de ingresar en el Teatro Real como bailarín de ballet, actor y cantante; sin embargo, pasarían hasta tres años sin un éxito destacable. No le querían, pero Andersen no se rindió y con tan solo 17 años escribió dos obras dramáticas y las envió al teatro. Estas no fueron tampoco bien acogidas pero le sirvió al director del teatro, Jonas Collin, para hallar talento en el joven muchacho, al que recomendó volver al colegio para formarse.
Se hizo famoso en Dinamarca a los 24 años, una vez acabado el colegio y el servicio militar, y un poco después también en Alemania. Su primera novela, ‘Un paseo por el Canal de Holmen hasta el Punto Este de la isla de Amager en los años 1828 y 1829’, obtuvo un gran éxito. Por aquel tiempo volcaba su talento en obras para adultos que le otorgaron algo de fama, pero fueron sus cuentos para niños los que le harían inmortal. Paradójicamente estos alcanzaron más popularidad entre los adultos que entre los chiquillos, debido a su arte para dotar a los personajes y a las historias de un sabor agridulce que los hacía “reales”.
Entre sus amistades se encontraban algunos de los autores más sobresalientes de la época como Charles Dickens, Thackeray u Oscar Wilde. De hecho, Andersen nunca se consideró un autor de cuentos, eso para él era un arte menor para ganarse la vida, y es que a lo siempre aspiró fue a ser dramaturgo o novelista de éxito, como su amigo Dickens.
Relato inédito
A finales de 2012 un cuento inédito de Hans Christian Andersen fue descubierto en un archivo de su localidad natal. Los especialistas consultados estaban convencidos de que el texto titulado »Tællelyst» (La vela de sebo) fue escrito por Andersen, por lo que podría ser el primer cuento del famoso autor danés. Los expertos, que estudiaron una copia del texto original durante meses, determinaron que podría haber sido escrito cuando Andersen era tan solo un estudiante de primaria, entre 1822 y 1826, tres años antes de su debut literario. ‘La vela de sebo’ cuenta la historia de una vela que no hallaba su lugar en el mundo hasta que una caja de cerillas acudió a su rescate, iluminándola y dotándole de todo su sentido.