Después de más de tres años de trabajo, el miembro de la Cátedra Josep Pla de la Universitat de Girona Francesc Montero ha presentado el libro «Hacerse todas las ilusiones posibles y otras notas dispersas», que recopila textos inéditos del escritor ampurdanés que lo muestran como un «catalanista granítico».
Se trata de escritos, de las décadas de 1950 y 1960, que habían quedado en el cajón y que no se habían publicado en el duodécimo volumen de la obra completa, «Notas dispersas», algunos de ellos con voluntad, sin embargo, de llegar al lector, mientras que otros se encontraban en «otros estadios de elaboración».
El director de la cátedra, Xavier Pla, ha precisado hoy que «hay dos elementos ideológicos que vale la pena subrayar, puesto que se trata de un Pla radicalmente catalanista, no nacionalista, muy influido por Jaume Vicens Vives, con una visión extremadamente crítica del régimen franquista, del que dice que es abyecto en un escrito de 1959».
En este punto, ha reconocido que se trata de un manuscrito que el propio Pla probablemente sabía que no pasaría la censura, «pero es lo que él pensaba de forma privada, mostrando un catalanismo de »pedra picada» (picar piedra).
En estos textos, que ahora publica en catalán y castellano Destino, el autor de Palafrugell (Girona) llega a plasmar negro sobre blanco: «España, que con la estabilización y la libertad económica parece haber reducido al mínimo -al menos desde un punto de vista exterior- los aparatosos hechos del estraperlo, es un pantano de mierda de enormes dimensiones», en el que «las autoridades no son más que los inspectores del mantenimiento estable de la mierda».
Francesc Montero ha indicado que entre los miles de manuscritos que conserva la Fundación Josep Pla estaban estos textos, que ha ido cotejando para ver cuáles ya habían sido editados anteriormente y cuáles no, aunque algunos «incluso habían pasado por el corrector».
A la vez, ha resaltado que se trata de «textos con ambición literaria, que entroncan con los incluidos en las »Notas dispersas», con una escritura y un género claramente afín y hermano de éstas».
A su juicio, son unos textos «literariamente elaborados, muy directos, sin embudos, muy críticos, que no habían pasado el filtro de la censura o que no estaban autocensurados».
En uno de los capítulos, hay una «autocrítica de la sociedad catalana, una reflexión sobre la mentalidad catalana, que ve fruto de tres siglos de dominación y bilingüismo, que, sin embargo, no han conseguido acabar con esta personalidad».
Por otra parte, incluye notas sobre las interioridades de la revista Destino, hay valoraciones sobre la cultura y la literatura catalana de los años cincuenta y sesenta, con opiniones como que el poeta Josep Carner debería volver a Cataluña y que ya no tiene sentido que continúe exiliado.
A la vez, hay consideraciones sobre las relaciones que se establecen entre hombres y mujeres, incluso hay notas sobre erotismo o recuerdos de algunas de sus relaciones amorosas, como la que mantuvo con Aurora Perea.
Montero ha defendido que todos ellos son la constatación de una «mirada desencantada, irónica, sagaz, del observador crítico y sensible de la realidad», siempre desde su «retiro» en Mas Pla, en Llofriu, convertido en un «grafómano impulsivo».
El estudioso cree, por tanto, que «existen motivos para justificar la publicación de estos textos, de un Pla catalanista granítico, sin fisuras, implacable, pero, a la vez, consciente de la complejidad de la situación, de las dificultades de la cultura catalana de mantenerse viva y consciente de los esfuerzos que se han hecho».
Para Montero, «es un Pla muy actual, que continúa despertando interés, 35 años después de su muerte, el prosista catalán más importante de la literatura del siglo XX».
Sobre el hecho de que ahora aparezcan estos textos que dibujan al ampurdanés como un «catalanista granítico», cuando fue alguien que colaboró con el régimen franquista, el editor Jordi Cornudella ha subrayado que «no existe ninguna operación teledirigida, sino que estamos publicando lo que va apareciendo gracias a los estudios de los últimos años».
Xavier Pla, por su parte, lo ve como alguien que formó parte del bando vencedor de la Guerra Civil, pero «como escritor catalán es un derrotado, es un vencedor vencido».
Gracias al trabajo de la Cátedra Pla, está previsto que en 2018 se publiquen el epistolario entre el autor del «Quadern Gris» y Gaziel, y se estudia editar en el futuro los que mantuvo con Francesc de Borja Moll, Jaume Vicens Vives y Joan Estelrich.