El escritor José María Pérez Álvarez ha publicado »Examen final» (Trifolium), una novela con «tintes autobiográficos» en las que retrata con humor el »bloqueo» de un escritor, no sólo en el apartado literario, sino también en sus relaciones con familiares, amigos y el mundo editorial.
«Dice Gonzalo Hidalgo Bayal que los autores somos como sombras de nuestros personajes; la cita no es literal así que me acojo a cierto margen de error. Pero no en todos mis libros hay tintes autobiográficos tan claros como en »Examen final»», ha señalado el escritor en una entrevista con Europa Press.
El protagonista de »Examen final» es un escritor en horas bajas que no consigue colocar en el mercado su última novela, una obra que cuenta con el rechazo incluso de su agente literaria. Su mujer, Erótida, ha decidido abandonarle y sus hijos no le hacen mucho caso, mientras el escritor fantasea con un suicidio y habla a su vez con una cucaracha llamada Marcela.
Todos estos personajes deambulan por la novela en un monólogo prácticamente continuado del protagonista, creando un ambiente que trae «paisajes, claves y universos» de anteriores obras del autor orensano. «No supone mayor exigencia para el lector aunque quizá sí crea un ambiente reconocible para el lector que me siga con cierta asiduidad», ha apuntado.
Ésta no es la primera vez que Pérez Álvarez tira de vivencias personales: »Nembrot», »La soledad de las vocales» o »Cabo de Hornos» «también tenían reflejos autobiográficos, pero muy leves». «Ese recurso de introducir tintes autobiográficos, a veces sin darnos cuenta, quizá se deba a tratar de darle verosimilitud (si esto es recomendable) a los personajes, a las acciones que se desarrollan en la novela», ha apuntado.
VIVIR DE LA LITERATURA
A modo de anécdota, »Examen final» incluye, por ejemplo, un episodio con el escritor Juan Goytisolo, amigo de Pérez Álvarez, y que ya le alertó sobre la dificultad de lectura de una obra inédita (»La apuesta es dura y el lector normal quedará perplejo», recoge un mail de un editor, posible trasunto de Goytisolo).
Pérez Álvarez, también reflexiona en diversos apartados del libro sobre el éxito y la literatura, además de las dificultades de publicación. «Yo no sé si merece la pena ser, aunque se le añada después la palabra escritor, ebanista, enterrador, boticario o diácono. A mí, aunque la escritura me cause a veces problemas o disgustos por no quedar satisfecho con lo que hago, me proporciona motivos para estar aquí, para justificar mi paso por este hotelucho de ínfima categoría en el que estamos», ha explicado.
NOVELA INÉDITA
En este sentido, ha calificado de «heroicos» a aquellos escritores que dejan un trabajo estable para dedicarse al arte, aunque alertando de los riesgos de esta decisión. «De verdad que los admiro. El peligro que le veo a esta dedicación es que la necesidad de publicar para sobrevivir (y de meterte en saraos como charlas, conferencias y demás) perjudique la calidad de la obra», ha señalado.
El escritor gallego tiene todavía en el cajón una novela, »Proceso de demolición», que completaría una «trilogía involuntaria» junto con »La soledad de las vocales» y »Examen final». No obstante, no tiene prevista su inmediata publicación ni editor porque quiere que sea su «última obra publicada, la bajada del telón».