El filósofo y escritor Javier Gomá invita a pensar, a dar razones de la vida en «Razón: portería», un libro por entregas, como él lo denomina, que comenzó con «Todo a mil» y con sus microensayos sobre la educación, el amor, la belleza, el compromiso, la imperfección o Europa, entre otros temas.
Una especie de bazar, de llave para el conocimiento, y que el filósofo compara con el portero de una finca en cuya ventana cuelga el cartel «Razón, portería» para que acudan todos los que quieran conocer los datos de un piso que se vende e incluso saber algo más del inmueble.
«Todos los hombres y mujeres son filósofos -explica a Efe Gomá-, todos tenemos una cierta visión del mundo, y el filósofo, al igual que el ciudadano vive, ama, desea, sufre, envejece y muere, y como el portero da razón del piso a una pareja que pasa por la calle; para mí, la misión de la filosofía, siguiendo a Socrátes, es »logon didonai», que se traduce por »dar cuenta»».
Para Javier Gomá (Bilbao, 1965), «la diferencia entre los porteros y los filósofos está en que el filósofo convierte la experiencia en concepto y tiene mayor grado de conocimiento».
«Ahora la filosofía -advierte- está solo en la universidad, en la academia, donde además se hace historia de la filosofía y no invitan a pensar, a dar razones de por qué se nace o se sufre. No invitan a sostener la mirada a la realidad o a lo divino».
«Razón: portería», publicado por Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, es el último libro del también abogado -forma parte del Cuerpo de Letrados del Estado- y autor del ensayo «Ejemplaridad pública» (2009), cuyo concepto e idea central, la ejemplaridad, caló tanto en la sociedad que hasta el propio Rey lo introdujo en su discurso de Navidad en 2013.
En esta ocasión, son 22 microensayos publicados por el actual director de la Fundación Juan March, en Babelia, el suplemento cultural de El País, más otro cuatro algo más extensos, dos de ellos llevados a la portada de Babelia y otros dos al Cultural de La Vanguardia.
El primer microensayo, «La gran piñata», está dedicado a la educación, donde Gomá reflexiona sobre la universidad. «Las actuales reformas »a la boloñesa» de la universidad española postergan temerariamente la misión de formar hombres cultos, en beneficio exclusivo de la preparación de profesionales», escribe Gomá.
Y añade: «Protesto contra una universidad que parece haber sustituido aquel antiguo lema de la academia platónica: »Nadie entre aquí que no sepa geometría», por este otro: »Prepárate para la gran piñata»».
Cierra el libro «Del héroe al concepto, y vuelta», título del último de los cuatro libros dedicados a la idea de ejemplaridad que escribió el autor, Premio Nacional de Ensayo, en el que regresa a su filosofía mundana, un concepto que tanto defiende en sus libros y con el que pretende hacer llegar las reflexiones más profundas de forma transparente.
Hace unos meses, Javier Gomá se despidió dando las gracias a sus lectores del suplemento de Babelia (El País), para escuchar «el rumor de su corazón» y saber por dónde quería ir.
«Este año he dado conferencias -dice- y he escrito poco, pero ya tengo una idea de por dónde quiero ir. Quiero pensar en lo sublime -avanza-, en lo que se admira, lo excelso, lo que perdura. Todas las épocas han tenido un estilo grande, pero la cultura democrática parece que ha renunciado a pensar en lo sublime, y esto es o será el embrión de un libro», reconoce el pensador.
Gomá trasmite el gozo de vivir y de aceptar con deportividad los malos tragos, muy en contra del pensamiento último, como el mismo reconoce, «que es muy pesimista». «Ahora lo más fácil es intentar que te desilusiones, pensar que todo es falso. Pero la filosofía es gozo de pensar», concluye.
Por Carmen Sigüenza.