En un encuentro con la prensa por la concesión del Premio Antonio de Sancha 2015, Iglesias ha reconocido que ha habido una revisión de algunas biografías que aparecían en la versión en papel –que salió hace más de cuatro años–, entre ellas la definición de Franco.
No obstante, ha matizado que la revisión solo ha afectado a un 0,046% de todas las biografías incluidas, resaltando que ella también ha participado en ese proceso. Preguntada sobre los cambios que saldrán, ha añadido que el diccionario digital incluirá «la biografía más actualizada» de cada una de las personas que aparezcan en la obra.
Asimismo, ha defendido la labor de los historiadores que han participado en este documento. «Han intervenido más de 5.000 profesionales, unos mejores y otros peores. Pero yo, mirando la Wikipedia por ejemplo, me doy cuenta de la diferencia que hay entre ser tratado por alguien con buena voluntad y que conoce algunos datos e historiadores profesionales», ha aseverado.
A principios del año 2013, surgió una polémica por la salida de este diccionario, al incluir varias definiciones criticadas por distintos colectivos. La RAH emitió un comunicado en el que reconocía que en el »Diccionario Biográfico Español» podía haber, «sin duda, un subconjunto de entradas que necesitaran, a la vista del debate, una revisión historiográfica y editorial.
Esta revisión sería «susceptible de ser incorporada de manera rápida a la edición digital y a ulteriores ediciones en papel». Cultura ya avanzó dos años después que la Real Academia de Historia valoraría las aportaciones de una Comisión encargada de valorar el Diccionario Biográfico Español una vez finalizada la edición definitiva.
UNA ACADEMIA ABIERTA AL PÚBLICO
Preguntada por el futuro de la institución que dirige, Iglesias ha explicado que la RAH «se ha tenido que ajustar el cinturón», debido entre otros motivos a que había «sueldos muy altos que no se podían sostener». «No se puede gastar más de lo que se ingresa, ahora buscaremos fuentes de financiación».
Además, ha reconocido que la RAH ya cuenta con servicios externalizados de administración (no en los temas científicos). Uno de los proyectos que maneja y que le hace «especial ilusión» es el de abrir la sede de la academia al público, un edificio de 7.000 metros cuadrados, el primero ignífugo en España y que, entre otros tesoros, guarda incluso facturas firmadas de cuadros de Goya.