La pista de Bobsleigh olímpica ubicada en La Plagne, Francia, tiene 1.507 metros de largo, cuenta con 19 curvas y un desnivel total de 124,5 metros en su recorrido. Estos parámetros hacen que una bajada por ella sea algo terrorífico, por la velocidad que se alcanza.
Pocas personas sin ganas, o la preparación necesaria se atreverían a meterse en este circuito pero, por alguna razón desconocida, un joven francés lo hizo. Desde el primer momento – que lamentablemente para él estaba siendo grabado- el turista entra en una espiral de pánico y alaridos, que sólo la alta velocidad evita que se oigan.
En La Plagne ofrecen la oportunidad de probar con seguridad la emoción y velocidad del bosleigh, a precios no precisamente baratos, ya que rozan los 100 euros por descenso.