El comandante de un vuelo desde Riga (Letonia) a Dublín (Irlanda) decidió desviarse de ruta y aterrizar en Dinamarca después de que uno de los pasajeros, en un estado de borrachera importante, decidiera comenzar a desnudarse y tuviera que ser reducido cuando comenzó a golpear las paredes de la aeronave.
La escena tuvo lugar en un vuelo de la compañía Ryanair, y el eufórico borracho fue detenido por otros pasajeros en el momento en que comenzaba a mostrar su agresividad y decidiera emprenderla a golpes con la cabina del avión.
Todo arrancó cuando el espontáneo decidió que su vuelo nocturno era un momento ideal para comenzar a dar espectáculo. Lo primero que hizo fue despertar a sus compañeros de pasaje al quitarse la camisa y comenzar a hacer flexiones en la parte trasera del avión, como si le fuera la vida en ello.
Después, tal vez orgulloso de su estado físico, el energúmeno comenzó a montar bronca, obligando a retenerlo y a desviar el avión, que terminó realizando un aterrizaje no programado en el Aeropuerto de Aarhus en Tirstrup, Dinamarca. Allí el hombre fue detenido, según confirmó a un medio local Peter Hallström, oficial de Policía de Jutlandia oriental.