Suzanne Hart, una ejecutiva de publicidad de 41 años de edad, que trabajaba en la compañía Young & Rubicam, murió la pasada semana en el ascensor del 285 de Madison Avenue, en Manhattan (Nueva York).
La mujer quedó atrapada justo cuando iba a entrar en la cabina, que al moverse a otro piso la aplastó fatalmente. A raíz del trágico suceso, algunos medios estadounidense han realizado una retrospectiva sobre los principales incidentes con ascensores ocurridos en EEUU.
Una operador de ascensor sobrevive a una caída de 75 pisos (1945)
Una operadora de ascensor sobrevivió a un alucinante descenso en el Empire State Building en 1945, después de que un bombardero B-25 tomase un rumbo equivocado en una densa niebla y se estrellara contra el piso 78 del edificio.
A la supervivencia de la mujer ayudó, al parecer, la enorme cantidad de cable de ascensor sobre la que chocó la cabina, que creó un efecto trampolín. Pese a que las paredes de la cabina quedaron destrozadas, ella fue hallada herida pero viva, sobre los escombros del accidente.
Un hombre atrapado durante 41 horas (1999)
Nicholas White se tomó la que sería la pausa del cigarrillo más larga de su vida, durante un viernes por la noche de octubre de 1999. White sobrevivió 41 horas atrapado en el ascensor de un rascacielos de Manhattan, lo que fue captado por la cámara de vigilancia del edificio.
Tras el incidente, White nunca volvió a trabajar para la revista BusinessWeek, y demandó a la empresa dueña del edificio por 25 millones de dólares, aunque recibió sólo una parte de su petición económica.
Con la cabeza rota (2003)
En 2003 un médico de Houston, Hitoshi Nikaidoh, murió tras ser atrapado por las puertas de un ascensor. Tenía ya la cabeza cercenada cuando el ascensor empezó a moverse.
Un repartidor atrapado durante tres días (2005)
Un repartidor de alimentos chino estuvo atrapado en un ascensor durante tres días, pero sobrevivió a la prueba, después de que sus compañeros temiesen que hubiera sido asesinado.
El hombre, Ming Kuang Chen, estuvo sin comida ni agua durante todo el tiempo. La policía rastreó todo el Bronx, pero nunca pensó que estaba en uno de los ascensores de su edificio.
Chen, que no hablaba inglés, había hecho llamadas por el intercomunicador a los trabajadores de seguridad del edificio, que le oían, pero no pudieron entender lo que estaba diciendo.
26 cheerleaders atrapadas en un ascensor de Texas (2008)
Aunque se estima que unos 30 millones de personas viajan cada día en ascensores en EEUU, es probable que haya pocos viajes que arranquen con tanto ánimo como el de 28 cheerleaders que asistían a un campamento en la Universidad de Texas en 2008.
El ascensor se vio superado y pese a ello llegó a la primera planta, donde las puertas no se abrían, obligando a los trabajadores de mantenimiento a abrirla después de que las niñas pasaran atrapadas cerca de 30 minutos.
Una monja de 85 años de edad, sobrevive cuatro días atrapada (abril, 2011)
En abril de 2011, una monja sobrevivió cuatro días con sus noches, atrapada en el ascensor de su convento, mientras sus hermanas estaban ausentes en una convención. La Hermana Margaret Geary, de 85, sobrevivió con tallos de apio, una botella de agua y pastillas para la tos que chupaba para calmar su sed.
28 personas atrapadas en un ascensor del metro (abril, 2011)
En abril, 28 personas se quedaron atascadas en un ascensor del metro de Nueva York durante casi una hora. Los trabajadores de mantenimiento no podían llevar el ascensor de nuevo a una planta y se vieron obligados a sacar a cada persona desde el ascensor de forma individual.
Las estrellas de cine sobreviven a una caída de ascensor (octubre, 2011)
Un artículo del New Yorker de 2008 estima que alrededor de 26 personas mueren cada año en incidentes relacionados con el ascensor en EEUU, la mayoría de ellos trabajadores de mantenimiento. En octubre de 2011, un grupo de actores y ejecutivos de cine cayó ocho pisos en el Gramercy Hotel de Nueva York, después de una proyección de la película.
El director David M. Rosenthal fue una de las 14 personas que sobrevivió a la caída. Subieron todos a una planta superior del ascensor, cuya cabina por suerte, no se movió durante el rescate.