Salir de compras es una tendencia que no pasa de moda. Ellas siempre tienen un hueco para comprar 'ese trapito' que puede conjuntar con cualquiera de las veinte prendas iguales que tienen en el armario. Entre tanta compra, los 'hombres' son los que no pueden soportar ni un minuto más esperando a que se la mujer se decida y se relajan en el sofá del pasillo.
A partir de ahí comienza la agonía del Miserable Men. Su labor, esperar fuera, cargado con el abrigo, el bolso y las bolsas de compras anteriores de su acompañante. Su cara lo dice todo.
Matt, uno de esos hombres frustrados por esperar en el sofá, vio la suya reflejada en un espejo de la tienda donde esperaba a que su novia se probase el enésimo conjunto de la tarde. Fue justo después de darse cuenta de que no estaba solo. Allí, sentados en butacas, apoyados en un mostrador, o deambulando de un lado para otro, había muchos más como él.
Se le ocurrió la brillante idea de fotografiar a cada uno de los 'aburridos' o miserable man que padecen el sopor de las inseguridades de sus parejas. Tanto es el tiempo que tardan en hacer las compras, que muchos salen dormidos...
“Empecé a publicar las fotos en Instagram hace un año y ahora me he dado cuenta de que se trata de un problema global, lo cual resulta divertido y a la vez deprimente”.